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¿A quién debe beneficiar el agua disponible de La Laguna?

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Nos envía Héctor Erenzweig Estevane, ciudadano de Torreón, el escrito "¿A quién debe beneficiar el agua disponible?", que comienza con la siguiente reflexión: Sobre la Comarca Lagunera se ha escrito mucho, pero nunca sobre la implementación del neoliberalismo allí; sin embargo, es muy necesario estudiar este fenómeno para comprender mejor las implicaciones que ha tenido la estructura de la tenencia de la tierra y concesiones de agua, porque considero que trastocó el desarrollo social, significando un retroceso en este renglón a pesar de su desarrollo económico y en donde el problema de la escasez del agua y su potabilidad es sólo un síntoma de un problema mayor.

Hay que reconocer, dice Erenzweig, la importancia de la Reforma Agraria de 1936 como un proceso complejo que tuvo implicaciones económicas y de justicia social.

Repartir las tierras entre los campesinos que se convertirían en ejidatarios y limitar la propiedad en manos de particulares, repercutió en la mejoría de las condiciones de vida de la población rural. Y al poner a su alcance los créditos para producción e infraestructura, equipamiento, fomento a la escuela rural, servicios de salud y comunicaciones que, con su producción agrícola, contribuyeron con enormidad al desarrollo de la industria y el comercio regional durante los siguientes 40 años, constituyeron igual los factores de desarrollo económico que el capitalismo necesitaba.

Pero es necesario recalcar -señala- que estuvo aparejado con desarrollo social, porque propició un mejoramiento en las condiciones de vida de gran parte de la sociedad -a pesar del alto crecimiento demográfico regional-, pero en particular de un sector tradicionalmente explotado y marginado: el campesino.

Lo relevante de la aplicación de la Reforma Agraria de 1936 -subraya-, basada en el artículo 27 constitucional, es que dio por resultado que en la Comarca Lagunera se repartieran 146 mil hectáreas para 35 mil ejidatarios, 5 mil para 300 colonos y 67 mil con riego para 1 mil 700 pequeños propietarios.

Anota que esta región siempre se había caracterizado por la producción de algodonero; y siguió siéndolo después del reparto agrario.

Los ejidos abarcaron la mayor parte de la tierra agrícola de la región; y la llamada pequeña propiedad -reducto de 150 hectáreas en que quedaron los latifundios-, ocupaban una menor extensión del total de las tierras. Pudieron aumentar su área de cultivo perforando pozos para la extracción del agua para riego; pero aún así, siguieron siendo la menor parte. "Nadie se dio cuenta de que con la perforación de más pozos se daba inicio al mayor de nuestros problemas", dice Erenzweig.

En la década del 80 del siglo pasado, se vio al modelo de tenencia de la tierra -que tenía como factor relevante al ejido- como obstáculo para el desarrollo capitalista del agro, "porque implicaba la instauración del neoliberalismo, que con su producción productivista, sólo daba a pensar en el desarrollo económico basado en la empresa trasnacional, tecnificada con los equipos y maquinaria más moderna, de la era de los sistemas digitales, para el incremento de las utilidades privadas".

Por lo tanto, había que crear las bases que señalaran el fin del sistema ejidal. ¿La causa? Porque se necesita de nueva cuenta la concentración de la tierra en pocas manos, "lo que implicaba la privatización, así como la reaparición del latifundio, bajo la falsa idea de que de esa manera se generarían los empleos que se iban necesitando".

¿Cómo se acabó con los ejidos en La Laguna? "Nos tenemos que remontar a los años clave del proceso de privatización de las tierras agrícolas, porque es difícil señalar cuándo comenzó. La debacle está asociada a la corrupción auspiciada y fomentada por las instituciones de gobierno, que venía de tiempo atrás. Pero hoy, al verlo en retrospectiva, es más fácil entender los hechos, al tener los resultados en 2019, cuando los hechos están consumados pero aún nos falta explicarlos".

Pero no sólo eso -observa Erenzweig-, sino que también podremos ver el resultado que nos ha propinado el neoliberalismo, "que no ha generado los empleos necesarios; y ha fomentado la sobreexplotación planificada del acuífero y con ello la contradicción entre sustentabilidad ecológica y desarrollo económico capitalista neoliberal".

Continuará: "Tormenta en el desierto lagunero. La SARH y Banrural colapsan los algodonales; víctimas, miles de ejidatarios".

@kardenche

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