La osteoartrosis representa un problema de salud con un aumento y presencia importante tanto por su aparición en grupos de edad avanzada y su relación con las tasas de longevidad que alcanza la población y que aparece tanto por factores genéticos como ambientales, alcanza una mayor prevalencia entre individuos con sobrepeso u obesos y en con un mayor porcentaje en mujeres. Esta enfermedad se caracteriza por cambios en el metabolismo del cartílago que avanzan hasta la degradación de la matriz del mismo, el producto de este desbalance entre la degradación y la reparación del cartílago articular y hueso subcondral (bajo el cartílago), origina una lesión por abrasión en el cartílago con formación de hueso nuevo en la superficie articular, el cual recibe el nombre de ostefito, lo que provoca daño funcional, inestabilidad y dolor de la articulación.
El diagnóstico de la osteoartrosis es esencialmente clínico y se apoya con estudios radiológicos en los que se observan imágenes con alteraciones en la morfología de y los espacios de los huesos involucrados de la articulación estudiada, la presencia de osteofitos y cambios abajo del cartílago llamadas líneas esclerosas, y un análisis del líquido sinovial el cual tiene como característica el de no ser de tipo inflamatorio con una viscosidad relativamente normal, es además necesario estudiar marcadores bioquímicos de la enfermedad, los cuales se clasifican en anabólicos y catabólicos, y se originan en el hueso, cartílago y membrana sinovial.
La sintomatología clínica se manifiesta con signos y síntomas locales relacionados con los cambios radiológicos típicos, aunque esto no ocurre en los estadíos tempranos de la enfermedad. Los signos y síntomas se caracterizan por el dolor, tumefacción, rigidez, sinovitis, deformidad y crépitos (“chasquidos”) articulares.
La rigidez en esta enfermedad es de corta duración, entre 5 y 30 minutos.
Los crépitos, una sensación de crujido cuando ocurre el movimiento articular es una hallazgo prominente y casi patognomónico (típico) de la Osteoartrosis sobre todo cuando la enfermedad ya ha avanzado. El tratamiento de la enfermedad incluye analgésicos anti inflamatorios orales, intra articulares (viscosuplementación) y tópicos, suplementos, terapia física y rehabilitación, nutricionales y psicológicas, de evolucionar la resolución por vía quirúrgica ¡Hasta la próxima!
