El más reciente daño a la infraestructura del Paseo Morelos son las fuentes con el nombre de las calles.
A menos de tres años de la inauguración del Paseo Morelos, sigue presentando vandalismo en sus diferentes espacios.
En un recorrido es evidente el deterioro que han sufrido las fuentes, semáforos, alumbrado led, señalética y bolardos. El más reciente daño a su infraestructura son las fuentes con el nombre de las calles, en las que se han violado las compuertas que resguardan el cableado, mismo que ha sido robado en diferentes cuadras del corredor.
Calles como Cepeda, Falcón, Blanco, Zaragoza, Acuña, Valdez Carrillo y Rodríguez, cuentan con un visible daño en la nomenclatura y fuentes, esto sin mencionar la presencia continua en todo el corredor de graffiti, basura, señalamientos rotos o cubiertos con calcomanías.
Aunque sí se cuenta con presencia de policías y agentes de tránsito durante el día en la Morelos, comerciantes cuestionan su efectividad para mantener en pie el proyecto costoso y tardado, que se terminó hace poco más de dos años y medio.
Los vecinos y las personas que tienen sus negocios cerca del Paseo, aseguran que cuando llegan a presenciar un problema y llaman a la policía, la mayoría de las veces no llegan, y respecto al patrullaje lo consideran intermitente.
Uno de los empresarios mencionó que él lleva cuatro años en la Morelos y que la considera "un desastre social, económico y comercial".
Aseguran que aunque sí hay patrullas por la mañana y tarde, no se encuentran ahí en la noche ni en la madrugada y que es entonces cuando los robos y la delincuencia se desarrolla.
Los vecinos y comerciantes del corredor aseguran que no se le da ningún tipo de mantenimiento, a excepción de las palmas que se atienden aproximadamente cada 6 meses por parte de Parques y Jardines, pero la mayoría nunca vio la fuente de la cuadra de su negocio funcionar y reprueban de una manera contundente el actuar del gobierno y de la autoridad.
Comparten que antes de la remodelación de la calle, con proyectos como Moreleando, la avenida tenía vida, la gente iba y ellos tenían más y mejores ventas, datos que cambiaron a partir de la remodelación, haciendo que muchos negocios cayeran en bancarrota y que los que sobreviven se sientan olvidados.