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El T-MEC desconocido

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

No todos se suman al aplauso, también hay contrapuntos. Organizaciones sociales, campesinas, defensoras de derechos humanos, sindicales y ambientales expresaron su rechazo al aval en el Senado del Tratado entre México, Estados Unidos de América y Canadá (T-MEC). Acusaron que la del miércoles 19 de junio, fue una aprobación precipitada.

En una carta dirigida a Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva, la agrupación México Mejor Sin TLCs, afirmó que el Senado no debía precipitarse, más bien abrir un amplio espacio de discusión y elaborar igual que su contraparte estadounidense, una agenda de propuestas de cambio para su debate.

El documento firmado por la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País y la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, entre muchos otros, sostuvo que este acuerdo es aún peor y más perjudicial para el desarrollo soberano del país.

Ya el 30 de mayo, un comunicado de la misma convergencia advertía que aprobar el T-MEC sin hacer públicos los textos finales y sin debate con la sociedad sería un ataque a la soberanía y a la dignidad de México.

Peon aún -remarcó-, se corre el riesgo de repetir la historia de hace 25 años, cuando el Senado mexicano aprobó un borrador y finalmente entró en vigor un texto diferente.

Ese 30 de mayo el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que el Senado debía abrir un periodo extraordinario para aprobar el T-MEC. La convergencia manifestó su preocupación "ya que aún no se conoce el texto final sino un borrador, y éste no ha sido puesto a discusión de los diferentes sectores de la sociedad."

Consideró que una negociación que determinará el futuro del país por varios años no debe decidirse en secreto, "menos aún cuando México es el tercer país más demandado en tribunales privados internacionales por los inversores y que suponen fuertes golpes a las finanzas públicas."

El trasfondo es importante. "Que un país soberano sea demandado por inversores privados en tribunales también privados sólo es posible gracias a los acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora T-MEC."

Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto sólo se atendió la opinión de los beneficiarios del TLCAN, un puñado de grandes empresarios que no representan a la mayoría de la población. Lamentablemente -dijeron las organizaciones- hoy vemos el mismo patrón en el que las voces críticas a las implicaciones de un tratado como éste que minimiza los aspectos sociales y públicos en materia laboral y de salud, educación, derechos humanos y medio ambiente, siguen siendo marginadas incluso por el Poder Legislativo.

Entre las 75 firmantes están la Coordinadora Nacional Agua para Todos, la Alianza Mexicana contra el Fracking, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota y Servicios para una Educación Alternativa.

La agrupación solicitó nueva cita con el presidente del Senado para abordar sus preocupaciones y exigir se transparentara la hoja de ruta y los términos en los que el T-MEC estaba siendo considerado aceptable por el gobierno de México.

Animaba la última esperanza. "Consideramos que la aprobación final -en caso de darse- no debe realizarse sin amplia discusión de todos los sectores de la población. El excluido principal es el pueblo mexicano y sus organizaciones sociales, así como el grueso del empresariado nacional"

La "aplanadora" llegó el 19 de junio: El Senado aprobó el T-MEC con 114 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones.

La Cámara Alta dio el aval en el marco de la agresión comercial-migratoria de Donald Trump a México.

En breve comunicado, la agrupación México Mejor sin TLCs reaccionó esa noche. Dijo: "Posiblemente sea una renovación e intensificación de las transnacionales en nuestro alicaído mercado interno."

El 16 de agosto de 2017, inicio de conversaciones, los negociadores -incluida la delegación de Enrique Peña Nieto en ese tiempo- firmaron en Washington un Acuerdo de Confidencialidad que impide la publicación de textos, correos electrónicos, propuestas y presentaciones de los equipos participantes por un lapso de cuatro años.

Desde entonces, Donald Trump -no los congresos de Estados Unidos, Canadá y México- ha marcado la agenda, el contenido y el ritmo de conversación. Su objetivo es un acuerdo que beneficie los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses. ¿Qué cambió?

El Diario Oficial de la Federación publicará en su momento el T-MEC, pero como hecho consumado.

@kardenche

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