En el exterior de la empresa situada en calle Humbero Zurita y calzada Cuauhtémoc, es un ir y venir de clientes de mayoreo y menudeo que reciben la misma información: 'ya no hay hielo. La empresa cerró'.
Hay escasez de hielo en Torreón. El cierre de la empresa Hielo Polar, S. A, de C. V., ocurrida apenas el pasado martes por supuestos adeudos con la CFE, ha generado un caos a las tiendas de conveniencia, neveros, vendedores de aguas frescas y todos los negocios que manejan este insumo.
La empresa en mención, la más grande en su capacidad de abastecimiento, con más de 50 años en el mercado, está actualmente en proceso de líquidación de decenas de empleados, algunos con más de 20 años de antigüedad.
En el exterior de la empresa situada en calle Humbero Zurita y calzada Cuauhtémoc, es un ir y venir de clientes de mayoreo y menudeo que reciben la misma información: "ya no hay hielo. La empresa cerró".
Con incredulidad, observan las escenas, “pero si apenas hace unos días nos surtían bien, cómo que cerraron, por qué“, fueron algunas de las preguntas que se hacían.
Sólo estando en ese lugar donde llegan camiones, camionetas, personas en triciclos, se observa la fuerte demanda del hielo y cómo decenas de actividades comerciales lo tienen como uno de sus insumos principales.
Los trabajadores tienen aspecto sudoroso y cansado, pero ya no es por los rudos trabajos de cargar y descargar bolsas y barras de hielo, el que sirve para consumo humano y por igual el que se utiliza para enfriar alimentos y bebidas.
Ahora esa imagen es desolada porque esperan ser atendidos por los encargados de la empresa para que les expliquen a cuánto ascenderá la indemnización, los tiempos para su pago y lo que sucederá con los que están lastimados de la espalda y bajo tratamiento médico, derivado del trabajo pesado que durante años desempeñaron.
“NO SABEMOS QUÉ VA A PASAR “
Las versiones fueron de desconsuelo.
“No sabemos qué va pasar ahora. Se escucharon rumores durante las semanas recientes, nadie nos decía nada. Nada más supimos que les subieron mucho la luz y ya no la pudieron pagar a la CFE”, expresaron los que se acercaron con el fin de dar a conocer públicamente su temor al desamparo.
Fue apenas el pasado lunes cuando se les dijo que la empresa cerraría sus puertas y el martes se concretó.
Todos los trabajadores se han seguido concentrando en los horarios que les tocaba cubrir para que no se les acuse de abandono de trabajo.
El futuro incierto se observa en sus miradas. Nunca se imaginaron que literalmente, de la noche a la mañana se quedarían sin trabajo.
