Discapacidad no lo limita para trabajar

José es un vendedor de dulces que se mueve en forma singular entre los vehículos mientras los conductores esperan el color verde del semáforo en una de las calles del primer cuadro de la ciudad.

Con tranquilidad y, en ocasiones, con una sonrisa, ofrece a los conductores de taxis, autos, autobuses o camionetas chicles o paletas para poder mantenerse, ya que tiene una discapacidad.

Con desconfianza acepta la entrevista y relata que debido a un accidente automovilístico que tuvo en Chihuahua hace cinco años, perdió una pierna. Aunque estuvo casado y tiene tres hijos, el accidente lo marcó y lo separó de su familia, ya que lo atendieron en dicha entidad en el Seguro Popular, sin embargo, lo enviaron a Torreón para terminar su atención.

La depresión de no poder caminar y el no tener a sus seres queridos empujaron a José en el alcohol, pero dijo, que desde hace 2 años es miembro del AA y se ha recuperado.

Gracias al DIF se le entregó un carro de madera para facilitar su movilidad, ya que dijo que la silla de ruedas tiene sus limitantes para moverse en la ciudad.

Mientras con sus manos mueve unas manijas para mover el carro de madera bajo el intenso sol de la mañana, a un lado tiene su bolsa de dulces, los cuales muestra a conductores para que le compren una pieza. Algunos conductores ni lo miran o bien no bajan el vidrio de su ventana para agradecerle su oferta.

Dijo que "hay días que se hace la venta o se batalla para vender", pero eso no lo ha desalentado para estar en esa esquina, esperando a que cambie el semáforo y ofrecer sus dulces. Relató que está trabajando desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde todos los días, por lo que, a sus 61 años, confesó que no tiene ningún sueño de trabajar en otro lugar, ya que afirmó que la gente cuando lo ve le dice que está limitado para hacer otras cosas.

José es originario de la colonia Vencedora y renta un cuarto en el centro de la ciudad.