El párroco Julio Carrillo dice que celibato es un 'don', no una imposición de la Iglesia. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El celibato no es una imposición sino un compromiso con Dios que hacen los sacerdotes por lo que debe prevalecer, dice el párroco de la Catedral de Guadalupe de Gómez Palacio, Julio Carrillo Gaucín.
Esto luego de que El Vaticano anunciara que estudia la posibilidad que varones casados de edad avanzada puedan ejercer el sacerdocio en zonas indígenas de algunos países de Latinoamérica.
Para él, esto no significa "abrir la puerta" al sacerdocio otros hombres casados, debido a que comenta que las características culturales de estos lugares son muy particulares.
"Yo entiendo que las cuestiones son antropológicas, muy propias de la región por su forma de ver la vida, nosotros como Iglesia estaremos atentos porque es propio a este lugar, no quiere decir que se esté abriendo la puerta para toda la Iglesia, recordemos que el celibato es un don dentro de la Iglesia y quienes estamos dentro lo hemos avanzado con mucha libertad, se trata de un valor evangélico, más que algo disciplinar".
Comenta que "la gente no vería con buenos ojos", el hecho de que los sacerdotes dejaran el celibato debido a que es un "don", no una imposición.
"A parte sería en contra del celibato, entonces estaría fallando a la promesa que uno hizo no tanto a la imposición".
En octubre un sínodo de obispos discutirá esta propuesta y otras necesidades pastorales de personas indígenas y religiosas en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guinea Francesa, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela, debido a que en algunas regiones indígenas de estos países existen dificultades para celebrar la eucaristía por la falta de sacerdotes, según se dio a conocer el día de ayer.
