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Al Larguero

DEMONIOS

Alejandro Tovar

En el desarraigo, muchos hombres encuentran su voz, definen su personalidad, despejan las dudas y las sospechas fundadas, porque en la tierra, el sol, el entorno hostil y el pasado obsesivo le impiden maniobrar, de ahí que en el dibujo de los caracteres humanos el personaje encuentra en otros escenarios, la imagen viva, fiestera y hasta provocadora que le da su espíritu aventurero.

Como Uriel Antuna, el muchachito lerdense, caballito risueño de la banda izquierda, con fintas y movimientos que engañan rivales y comprometen a todos.

Triunfador de selecciones menores y prospecto santista de gran vuelo, le lleva el MC y lo desplaza al futbol de Holanda, de donde lo rescata Galaxy angelino para luego ingresar en la retina siempre avispada del Tata Martino.

No había completado su formación, le faltaba cuando menos un año, sobre todo como persona, pues se le dificulta expresarse y aún no tiene claros los objetivos, ¡solo tiene 19 años! pero Club Santos tiene la mira muy clara, puesta en el negocio y no sabe que hay territorios donde los demonio doblegan a los ángeles, así que le vendió sin terminar su enseñanza. Dinero es primero.

El domingo, con el estómago protestando por ingerir puerco en chile verde y ver al mismo tiempo como los Indios de Cleveland doblaban a los queridos Yankees, no quedó más alternativa que seguir el espíritu infantil de la tropa, porque ¡va jugar Uriel, abuelo! Claro, héroe del barrio, representante de una raza especial, color de marginados, sabor del pueblo, olor de la pobreza.

Y llegó el momento de buscarle una puerta a la realidad, a falta de astros que no desean estar en el equipo nacional en un escenario de película, en la caliente Dallas y ante 60 mil espectadores, con millones de paisanos pendientes de la tv, nuestro Urielito parecía una pasión en la oscuridad, pues se veía como fantasma desvelado, como un poeta y artesano de futbol deseando crear.

Recomendado por Klose de Galaxy, que lo conocía de hace tiempo, recibió del técnico la confianza y trotaba en la cancha de los Vaqueros y lo veía el mundo y el futbol que es ejemplo de vida y tiene respuestas para todo, le dio su escena estelar, un toque delante de Montes que lo puso en las puertas del área, balón botando y los mastines negros de Ecuador le rugieron desde lejos, con Mina llegando tarde a la cita pero Urielito, impactado, pensando en Godzilla sólo se estremeció y dejó que se fuera la pelota... y la oportunidad.

Cuestión de mentalidad. El chico quedó exhibido ante millones porque su temor no le dejó moverse. Parecía espantado con los defensores del pueblo en las canchas del Tercer Mundo en Lerdo, que les llamaban. ¿Por qué no entró con su futbol decidido y mostrándose al mundo con sus facultades? Solamente él lo sabe. A los fans, solamente nos quedó un domingo muy triste, convencidos de lo difícil que es para el hombre, crear su propia historia.

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