Columnas la Laguna

ANÉCDOTAS

LA CIUDAD DEL NO PASA NADA

HIGINIO ESPARZA RAMÍREZ

Falleció don Antonio y la dirección general de El Siglo de Torreón la asumió el licenciado Antonio Irazoqui y De Juambelz, un personaje afable con un fino sentido del humor y dueño de una ironía que desquiciaba a los funcionarios públicos a quienes censuraba por sus tropiezos en la función administrativa a través de "De lo que El Siglo informó. Nau Yaca", una columna que se burlaba y censuraba en forma hiriente a los políticos.

Raramente se le vio enojado en su trato con los trabajadores; por el contrario, los visitaba en sus departamentos y abría charlas de tipo personal que aflojaban tensiones y creaban lazos de mutua confianza. El departamento de prensa fue uno de los más frecuentados por el licenciado Irazoqui, y lo hacía sin protocolos ni fingimientos, en forma abierta. En uno de esos recorridos se le ocurrió entrar a la sala de redacción y se dirigió directamente al escritorio donde yo escribía las notas recogidas en Gómez Palacio.

-Higinio -expresó con aparente seriedad- ¿Nunca pasa nada en Gómez Palacio, su ciudad? ¿Todo funciona bien en la administración municipal? ¿Nadie acusa? ¿Todo es perfecto? Le digo esto porque son escasos o casi nulos los señalamientos en contra del gobierno como si todo anduviera bien y eso no es cierto. Todo gobierno tiene sus fallas. Ya esperaba el ramalazo y simulé sorpresa, incluso tartamudee en mis respuestas: -Jefe, sí hemos publicado críticas sobre las pésimas condiciones del alumbrado, pavimento, colectores y alumbrado público y nos llueven los insultos del alcalde ofendido. En "Nau Yaca" se hace burla de la información oficial de mejoras públicas inexistentes ¡acuérdese!

Endureció el rostro y reprochó: -Nada, nada, tenemos que ser más críticos. ¿Por cierto quien es su presidente municipal a quien tanto protege? interrogó con sarcasmo. -Carlos Herrera Ah caray! Hay muere. No he dicho nada.

Dio la vuelta con sonrisa mordaz, respiré a profundidad y volví a lo mío…

Prontamente le hice caso: en las siguientes publicaciones puse más énfasis sobre las fallas de la administración pública en materia de drenaje, alumbrado público, pavimento, recolección de basura, etcétera, pero la tortilla se volteó y ahora tuve que aguantar del otro lado los reproches del funcionario municipal al grado de acusarme de ser enemigo de Gómez Palacio.

Se abrió un distanciamiento y en todo acto público que me tocaba cubrir, el edil me señalaba con el dedo índice para subrayar sus acusaciones en contra mía y del licenciado Irazoqui. Me dio pena la falacia oficial y la reporté a mi jefe. Del mismo modo le dije sobre mis intenciones de no pararme más por la presidencia Municipal para no ser ofendido. -Ya no vayas pero date tus vueltas a ver que pescas, respondió con displicencia.

Por ese motivo perdimos la nota sobre lo bates de béisbol que compró el alcalde para enfrentar a los choferes que protestaban en su contra armados con crucetas.

-¿Ya ve los resultados?, me atreví a decirle como excusa, pero mi director continuó atacando a la administración pública a través de su columna Nau Yaca e hizo válida su apreciación inicial de una ciudad en la que no pasa nada, pero sí pasó… me jubilaron.

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