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Bombas de humo en Pemex

ALBERTO BARRANCO

Enfurecidos por su involucramiento público en el escándalo provocado por la consignación del expediente Agronitrogenados, los exsecretarios de Energía y Economía, Pedro Joaquín Coldwell e Ildefonso Guajardo, exigieron a la Fiscalía General de la República ser llamados a declarar.Ambos, el primero como presidente, eran integrantes del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos en el momento en que se realizó la polémica operación.

Y aunque éste no aprobó la compra de las plantas chatarra, su culpabilidad, en tal caso, apuntaría a no objetar el procedimiento seguido en cuyo marco la empresa productiva del Estado debió endeudarse en principio con 475 millones de dólares.

En torno de la ruinosa y absurda adquisición, Pemex ha registrado pérdidas por 14 mil millones de pesos.

La operación se realizó vía PMI Comercio Internacional, una filial de Pemex con sede en Europa que opera de manera independiente. Fue, pues, el Consejo de Administración de ésta, del que formaba parte el director general de la exparaestatal, Emilio Lozoya, quien avaló la adquisición.

La propia firma autorizó una partida de 285 millones de dólares adicionales para rehabilitar las plantas, con la novedad de que el monto resultó 142% mayor a lo previsto.

La operación fue sancionada por el abogado Vicente Corta del despacho White & Case, en el que había participado como socia Teresa Fernández, quien se incorporaría a Pemex como consejera independiente, además de participar en el Comité de Auditoría de la petrolera.

En la agonía del sexenio pasado el propio despacho fue contratado para elaborar los libros blancos de Pemex en materia de adquisiciones, lo que de acuerdo con la ley debe realizarse a nivel interno.

Lo curioso del caso, además, es que a su salida de la petrolera, quien fuera director jurídico, Jorge Kim, fue sumado como socio del despacho. El avalúo de las cuatro plantas de Agro nitrogenados lo realizó el Indaabin, calculando un precio de 300 millones de dólares, que finalmente se pactó en 275.

Sin embargo, al final del día la petrolera se comprometió a asumir deudas por 200 millones adicionales. La Auditoría Superior de la Federación, meses después, calificaría de ruinosa la operación, al no haberse realizado en condiciones de precio y calidad adecuados.

La producción actual de las plantas, tras la millonada que se inyectó para rehabilitarlas, era hasta el año pasado inferior en 5% a la que tenían hace 18 años, cuando se cerraron al cancelarle Pemex el abasto de materias primas por un cúmulo de facturas atrasadas. Como lee usted, la operación se ocultó con bombas de humo.

BALANCE GENERAL

A sólo unos días de que la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, elogiara la disciplina fiscal con que se mueve el nuevo gobierno, y horas más tarde de que Petróleos Mexicanos anunciara ganancias de 28 mil 288 millones de pesos durante abril, la calificadora Fitch Ratings degradó la calidad crediticia del país, colocando el nuevo escalón con perspectiva negativa.

A su vez, en acto simultáneo, su colega Moody’s, aunque mantiene la calificación, la colocó también en perspectiva negativa.

Si le sumamos el amago del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a nuestras exportaciones, lo que dejaría sin sentido el acuerdo mercantil con ese país y Canadá, tendríamos la tormenta perfecta.

La paradoja del caso es que horas antes Fitch había advertido del grave peligro de cancelar el T-MEC. [email protected]

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