Sobre el futuro de los vehículos autónomos, la empresa señaló que trabaja en los vehículos de prueba. (ARCHIVO)
La consejera delegada de General Motors (GM), Mary Barra, dijo este martes que la compañía seguirá transformándose para mantener el "crecimiento de la rentabilidad", a la vez que reafirmó la voluntad de lanzar comercialmente vehículos autónomos tan pronto como este año.
Barra participó este martes en la primera junta virtual de accionistas de GM, que se celebró a través de internet, en una sala donde solo se encontraba el cuerpo directivo de la compañía.
La junta general de accionistas incluyó unos 20 minutos de preguntas remitidas por los titulares de acciones.
"Nuestra transformación sigue", dijo Barra, quien agregó que la compañía está tomando las medidas para fortalecer su "negocio central, generar un crecimiento de la rentabilidad, invertir en el futuro y producir una cultura ganadora".
Como parte de la reestructuración, GM ya ha anunciado el cierre de cinco plantas en Norteamérica y la reducción en un 15 % de su plantilla de factoría, con el objetivo de ahorrar unos 6.000 millones de dólares para 2020.
"Continuaremos actuando de forma rápida, con disciplina e integridad para producir el rendimiento empresarial que necesitamos para ganar en el mercado de hoy en día y en el futuro", subrayó Barra.
Sobre el futuro de los vehículos autónomos, Barra declaró que la empresa está trabajando "de forma agresiva" en su planes para poner a punto la tecnología que permita la comercialización de vehículos que no necesitan conductor.
GM tiene previsto invertir 1.000 millones de dólares este año en GM Cruise, la unidad que se dedica al desarrollo de vehículos autónomos.
RENAULT ENCAMINADA A FUSIONARSE
Renault parece encaminada a aceptar un plan de fusión con Fiat Chrysler, un acuerdo que revolucionaría la industria automotriz mundial en momentos en que las compañías compiten para ofrecer más vehículos eléctricos y autónomos.
Francia e Italia se han mostrado como los grandes ganadores del acuerdo, que le ahorraría a ambas empresas 5.000 millones de euros (5.600 millones de dólares), pero los sindicatos temen que podría llevar a pérdidas de empleos. Algunos analistas han advertido que los planes podrían acabar frustrados por lo difícil que resultaría administrar una empresa de semejante tamaño en varios países.
El gran perdedor podría ser la japonesa Nissan, cuya gran alianza con Renault y Mitsubishi se ve en problemas tras el arresto en noviembre de su director general Carlos Ghosn.