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Al Larguero

ESPECULACIÓN

Alejandro Tovar

Todo ese espacio de tiempo, entre el final de un campeonato y el inicio del siguiente, es campo muy propicio para que muchos ingresen el deporte especulativo, ese donde caben todos los pensamientos reales e irreales, como una especie de realismo mágico, sin Gabriel García Márquez, porque los fans dibujan ideas que les llegan por deseos y gustos, no tanto porque se justifiquen.

Igualmente hay medios que entran a ese entramado, porque los periódicos se publican, haya o no haya noticias y a falta de ellas, el factor especulación cobra vida, aunque esto conlleva la cauda de confusión natural. Son como miradas sin destino fijo, que seguramente sienten la lluvia sobre el rostro pero con el cerebro hackeado, simulando contribuir con morbo, como quien juega al póker.

La clase media baja, esa que trabaja duro y que tal vez sufre de explotación, sabe desde muy temprano que su esfuerzo no le dará para salir de sus penurias, por lo tanto necesita endulzar su tiempo con algo diferente, algo que lo divierta o que lo envuelva en ilusiones, con frases y detalles que le iluminan su esperanza, siempre vigente, sobre todo si esa gente vive cerca de la tecnología.

Está claro que las redes sociales juegan un importante papel en esta vida con ambiente de mago luciferino, que se enciende muy temprano y atiza ideas sin certidumbre, como quien siembra minas en los cerebros de quienes precisan de emociones y sobre todo, de promesas para cambiar su panorama. Son verdaderas esclavitudes, nunca resultan con idea de una resignación.

Todo parece indicar que no hay propósitos acerca de la virtud y valores enfrentados a la banalidad de las ideas, solo sucede que una vida paralela, para el hombre común, es bien conveniente, pues reflexiona poco y se deja atrapar por las ideas en el aire, porque como dice Neruda “nosotros los de entonces, ya no somos los mismos” y porque los hombres no son etiquetas, sino seres pensantes pero románticos, eso que no se puede deducir con una mirada.

Santos hoy, trata de salir del profundo pozo del pasado reciente, donde su gente vivió con un futbol de nómadas, perdió su pozo en el desierto y careció de respuestas cuando tuvo exigencia, pues los extranjeros importados, solo se retrataron en la nómina y no en el campo de juego, también el chico Garnica sigue extraviado y no mira la puerta aunque esté a dos metros de ella.

Hoy en día las especulaciones ponen a la columna vertebral (Jonathan, Nervo, Gallito y Correa) en el Atlas, mientras que a Furch lo acomodan en América. Ante el movimiento sin confirmación el dueño habló en redes de “manipulación y distorsión” ponderando la “seriedad y profundidad de su compromiso” pero sin dar nombres, solo señalando la herida con enojo e índice de fuego.

Está en su derecho de fustigar pero es curioso que no sea directo, cuando los tiempos obligan a ello y difícil de entender que el joven Dante, a quien dejaron encargado de la tienda local, no salga al frente para apagar ese fuego con una declaración de dos líneas, donde aclare que todo es un sueño guajiro y que son inventos. Prefieren silencio, igual que los medios. Todos solo se miran. Hablar las cosas por su nombre es una forma ideal para sacudirse de la dictadura tecnológica.

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