Hay términos, herramientas o corrientes que han estado de moda y otros que han llegado para quedarse, el caso del Gobierno Corporativo es diferente, pues finalmente es una práctica que, desde que una empresa comienza a operar, ya lo está realizando y muchas veces sin que necesariamente sea de manera consciente. Existen beneficios tangibles e intangibles cuando una organización alcanza un buen nivel de Gobierno Corporativo, ya que en él se refleja la manera en que la empresa es dirigida, nos indica la forma en que se hacen "las cosas" en la organización, cómo se toman decisiones y de qué forma se analizan y se resuelven los problemas, lo que impacta directa e indirectamente en los grupos de interés de la organización.
Podemos comprenderlo mejor si definimos sus partes, para la Real Academia de la Lengua Española (RAE), el gobierno es la autoridad que dirige, controla y administra las instituciones. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en México, puntualiza que gobierno proviene del latín "gubernare", que significa mandar con autoridad, guiar, dirigir. Para que una institución opere requiere ante todo organizarse, es decir, decidir quiénes y cómo van a participar, qué funciones desarrollarán, quién y cómo se tomarán las decisiones en todos los terrenos de acción de la organización. Para el buen funcionamiento de la empresa es indispensable definir los tramos de control, delegar la autoridad y la responsabilidad, y así poder contar con mecanismos que faciliten la toma de decisiones y la resolución de problemas propios del negocio.
Aunque en la práctica la terminología se asocia más a una empresa comercial o industrial, realmente una corporación puede ser un municipio, una universidad, una iglesia, un colegio, una organización de la sociedad civil (OSC), una gran o pequeña empresa, un gremio, un sindicato u otro tipo de persona colectiva, con o sin fines de lucro. Según la propia RAE, por corporativo se entiende lo relativo o perteneciente a la organización y que agrupa a varias personas que ejercen la misma actividad. El CCE precisa que corporativo proviene del latín "corpus", que significa cuerpo, perteneciente o relativo a una corporación o comunidad.
Bajo este contexto podemos inferir entonces que no importa ni el tamaño ni el giro de la empresa, pues todas tienen un gobierno corporativo, es decir, todas tienen un modo de administrarse, de organizarse para cumplir con los objetivos para las que fueron creadas. Lo que cambia en cada una de ellas es la forma en que se organizan y los nombres que le dan a esas responsabilidades o funciones que encaminan a la organización a la toma de decisiones para su funcionamiento, desarrollo y crecimiento.
El gobierno corporativo incluye la normatividad que ordena, organiza y colabora en la toma de decisiones en el negocio, pero no sólo es eso, las buenas prácticas del gobierno corporativo implican que la institución se introduzca en una dinámica interna de toma de decisiones colegiada, transparencia y rendición de cuentas, actualización de manuales de procesos y procedimientos, mecanismos y políticas de información y de comunicación, mecanismos de supervisión, auditorías internas y externas, sistemas de calidad, y en general una situación de respeto a diversos principios que redundará en que la empresa sea más competitiva y genere un valor agregado a sus diferentes grupos de interés.
Al comprender la necesidad, sentido e impacto que el gobierno corporativo tiene para cualquier organización, se genera en la empresa una dinámica de mejora continua encaminada a mejores prácticas corporativas y que inevitablemente se refleja en todo el negocio, lo que genera confianza y credibilidad en los grupos de interés de la institución y se traduce necesariamente en beneficios para que la empresa pueda alcanzar sus objetivos estratégicos.
