Señalan que hay signos muy aparentes de trastornos alimenticios que los padres de familia pueden identificar en sus hijos.
Acabar con los mitos es el primer paso para concientizar a la gente sobre el peligro de los trastornos alimenticios. Ese es además, el reto principal para disminuir la incidencia de muerte por esta enfermedad.
María Casas, coordinadora de la Unidad Especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (Uetca), detalla que hay signos muy aparentes que los padres de familia pueden identificar en sus hijos, tales como menores o jóvenes perfeccionistas, impulsivos, que no saben manejar la ansiedad y su forma de manifestarla es a través de la comida con la sobre ingesta.
Advierte que como padres de familia deben estar pendientes de la conducta de los menores de edad, sobre todo, porque dice, son niños que se exigen mucho, sienten que nunca llegan a cumplir los objetivos que se les pide, generalmente tienen una baja autoestima. "Entonces una baja autoestima aunado a unas determinadas conductas en relación a la alimentación y al cuerpo, puede ser presencia de un trastorno alimentario".
El trastorno alimentario es una enfermedad mental que implica una sintomatología relacionada con el cuerpo, con la ingesta, la satisfacción corporal y al final lo que provoca es limitar las áreas de la vida de una persona.
"Dentro del trastorno hay tipos de trastorno alimentario como puede ser la anorexia, la bulimia entre otras", comentó María Casas.
Advierte que ya cuando se detecta un trastorno alimentario, hay un riesgo claro porque pueden presentarse episodios de atracón o de purgación, porque los menores son selectivos con la comida o se restringe alimentos.
Dice que también se puede observar este tipo de males cuando un adolescente comienza a hacer ejercicio en exceso o a escondidas.
Todo esto dice que es muy aparten porque cambian de patrones de conducta emocional, porque están tristes, con altibajos en sus emociones, y señala que la depresión en sí puede enmascarar un trastorno alimentario.
"Tenemos que estar muy pendientes de lo que les está sucediendo a nuestros hijos que en la etapa adolescente es más complicado, porque a veces pensamos que es parte de la edad, tenemos que ahondar más allá para ver si detrás de eso hay un trastorno".
