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El problema es de modelo

ALBERTO AZIZ NASSIF

En estos días se ha intensificado el malestar con las políticas de austeridad del gobierno actual. Se han juntado al menos tres problemas que es necesario distinguir. 1) Hay una contradicción entre modelo y discurso, entre la política de supuesto combate al neoliberalismo y una serie de decisiones políticas que alimentan a ese modelo. Nada es más neoliberal que la austeridad y el recorte en los sectores de salud y de ciencia. 2) Hay un problema de transición entre el viejo sistema y el nuevo que genera problemas como el desabasto de medicamentos y la falta de servicios para la población de menores recursos. 3) Existe un conflicto de prioridad entre lo que AMLO considera de primera importancia y lo que es secundario. Por ejemplo, en la conclusión del memorándum del pasado 3 de mayo, primero es el rescate de Pemex y luego el resto de las necesidades. En suma, la política de pobreza franciscana genera contradicciones, conflictos de temporalidad y una extraña jerarquía en las políticas de la 4T.

La carta de renuncia del director del IMSS, el 21 de mayo pasado, es un listado de los problemas por los que atraviesa una parte muy importante de la administración pública. Si el objetivo es llegar a un sistema de salud universal, con servicios de calidad, parece que los recortes, la corrupción en las cuotas, el desabasto, el recorte de personal necesario, llevan a otro rumbo, pero no a un mejor sistema de salud. Más allá de contar los recursos y ver los recortes, el asunto de fondo nos lleva a una pregunta: ¿se quiere rescatar a Pemex a costa de precarizar el sistema de salud del país?

En estos días la academia, las instituciones de investigación científica y desarrollo tecnológico, han expresado su malestar por los recortes. No se trata sólo de un problema de presupuesto, plazas y viáticos, sino de una dimensión más importante que puede afectar el actual modelo de funcionamiento de universidades y centros públicos de investigación. Desde hace tres décadas se empezaron a tomar decisiones para enfrentar la crisis de bajos salarios en la academia: se crearon mecanismos de compensación para enfrentar la fuga de cerebros y la falta de dinamismo en el campo de la ciencia y la tecnología. Se construyó una frontera entre la parte laboral de los salarios y la parte académica de la productividad; como bien lo analiza Eugenia Roldán Vera en su artículo "Alegato contra la disminución de sueldo de los académicos" (Nexos, 1° febrero de 2019). Estamos ante un modelo que es diferente al de la administración pública en general y que ahora se quiere modificar sin ninguna transición de por medio. La lógica fue tener mejores ingresos que fueron ligados a la calidad y a la evaluación, pero sin que se acumularan como parte del salario. Así surgieron programas como el SNI y los estímulos, pero el salario se mantuvo bajo. En la academia no hay privilegios y está muy lejos de tener problema con la ley de remuneraciones, porque salvo algunos cargos directivos, la gran mayoría de los profesores-investigadores ganan muy por debajo del techo salarial del presidente de la República, por lo menos en los centros públicos de investigación.

El funcionamiento del modelo académico tiene una premisa básica: la calidad se valora mediante estándares internacionales y, en esa perspectiva, existe un alto nivel de globalización en la academia actualmente. Las relaciones con colegas de otros países, las redes de investigación, los congresos, los intercambios, las publicaciones en el extranjero, se han vuelto parte cotidiana de la labor científica. Los recortes impedirán hacer partes importantes de ese trabajo, en unos casos por falta de materiales para laboratorios y equipos de computación, en otros por falta de viáticos para el trabajo de campo, etcétera. Muchas actividades sustantivas se verán afectadas por la austeridad.

Si el objetivo es modificar el modelo de gestión para la ciencia y pasar los ingresos de los investigadores por el cedazo de la austeridad, se tendrían que sumar las percepciones que están fuera del salario base y sumarlas. Se resolverían dos problemas, la jubilación y salir de la "productivitis", y quizá entrar a una fase de producción con mayor calidad y madurez…

Twitter: @AzizNassif

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