Lindolfo tendrá una dura prueba el próximo sábado 1 de junio en el Gimnasio Municipal del Pueblo Mágico de Linares, Nuevo León frente al venezolano Eduardo Cordovez. (ARCHIVO)
El exolímpico mexicano de boxeo, Lindolfo Delgado Garza, ha conseguido convertirse en un ejemplo de éxito entre la comunidad de Nuevo León. Desde muy pequeño, se acostumbró a ganar en todos los aspectos de la vida, y también a temprana edad supo que lo que quería en la vida, era ser una estrella del boxeo.
“Recuerdo perfectamente mis primeros movimientos en el boxeo, a los 9 años y pesando 28 kilos gane mi primera medalla, en ese momento y apenas siendo un niño supe que no sería la única”.
Desde aquel día supo que para llegar a sus objetivos tenía que dedicarse en cuerpo y alma, día y noche, para conseguirlo.
“Me enfoqué y fui disciplinado de la mano de mis padres, ellos jamás me pusieron una traba, al contrario, comenzaron a soñar conmigo”, explicó
Conforme llegaron los primeros resultados sus padres se convencieron de que era el momento de apostar fuerte por sus sueños y así lo hicieron. “Mis padres me enviaron a Cuba porque pensaron que era lo mejor para mí y lo fue. Aprendí de los mejores allá”.
Siendo este el camino que más tarde lo llevaría a encontrar su camino dentro del Comité Olímpico Mexicano, representando a su país de manera importante al grado de obtener una medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, buscando el sueño olímpico y de ahí dar el salto al deporte profesional.
Lindolfo tendrá una dura prueba el próximo sábado 1 de junio en el Gimnasio Municipal del Pueblo Mágico de Linares, Nuevo León frente al venezolano Eduardo Cordovez.
