Cejas definidas

Las cejas gruesas y con arco pronunciado están más que nunca en tendencia y no es sorpresa alguna, pues rejuvenecen el rostro, acentúan y revitalizan la mirada. No en vano celebridades de todas las edades han optado por este look.

Por desgracia, no todas poseen el volumen natural que se necesita para lograr esta apariencia tan fácilmente. Para muchas, esto implica delinear las cejas diariamente para añadir espesor, no siempre logrando el mismo acabado y arriesgándose a que luzcan muy sobrecargadas.

Como solución para combatir el mal contemporáneo de las cejas muy finas o poco pobladas, han surgido técnicas como la micropigmentación y el microblading, que ofrecen un diseño de apariencia bastante natural.

Pero como todo evoluciona, llega la técnica del shading para marcar la pauta en el mundo del maquillaje semi permanente, pues no sólo brinda la naturalidad de sus antecesoras, sino mayor impacto a través unas cejas que lucirán mucho más marcadas.

¿Qué es y qué tiene de novedoso?

Consiste en sombrear la ceja aplicando de manera manual pigmento en la capa basal de la epidermis, lo que permite lograr un resultado que durará de nueve a 12 meses.

A diferencia del microblading, que rellena la ceja al dibujar pelo a pelo, el shading hace que se vea más poblada a través del sombreado, logrando efecto similar a cuando aplicamos delineador en sombra al maquillarnos. En algunos casos, ambas técnicas pueden complementarse para realizar un microshading.

Su aplicación puede tomar alrededor de una hora y media, y después de cuatro semanas, es necesaria una sesión de retoque. No se utilizan tintes, sino pigmentos, con lo cual se garantiza que el tono elegido se mantendrá y no se tornará hacia un color verdoso.

El shading debe ser llevado a cabo por expertos y es apto para todos los tipos de rostro, edad o piel. Sólo se señalan contraindicaciones en casos de personas con problemas de cicatrización, mujeres embarazadas y lactantes o pacientes que estén en tratamiento con quimioterapia o radioterapia.