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UNA BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA CRISIS EXISTENCIAL

UNA BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA CRISIS EXISTENCIALUNA BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA CRISIS EXISTENCIAL

"Los animales luchan por supervivencia. Los humanos particularmente luchamos por significado. No solamente queremos vivir, sino que queremos vidas que valgan la pena". Dr. Clay Routledge, psicólogo

Una crisis existencial es una condición mental y emocional por la cual muchas personas pasan y en donde se cuestiona si la vida que se ha tenido, ha sido de importancia. Es decir, si ha valido la pena, independientemente de éxitos a nivel personal y profesional. Es una etapa en nuestras vidas en donde se reflexiona sobre la existencia y sentido de la vida en general. Puede ser una situación profunda de pesimismo y no necesariamente relacionada a una depresión clínica, sin embargo, también puede ser suficientemente seria que genera una ansiedad aguda, y una consecuencia es frecuentemente insomnio, alcoholismo y/o adicción a drogas toxicas. En el terreno religioso, la condición es explicada en términos de dolor espiritual o dolor en el alma. En el campo filosófico, los existencialistas del siglo XIX (Kierkegaard, Nietzsche, Sartre, Camus, entre otros) abordaron el tema al explicar la desesperación de tipo existencial en muchas personas como un resultado de perdida de moralidad y fe en la religión, además de una patología social asociada con la pérdida de significado en la vida debido al surgimiento de un modernismo a nivel global.

Haber trabajado con prisioneros en un ambiente clínico dentro de prisiones de seguridad máxima facilitó la oportunidad de intercambiar conceptos con personas que pasaban por este estado mental y emocional. Gente que sufría, y pensaba sobre autodestrucción o suicidio con ideas provocadas por su situación personal caótica con su familia, sus finanzas, o alguna mala noticia asociada con la salud, por ejemplo, alguna enfermedad terminal o experiencia traumática. Eran personas que expresaban sentimientos intolerables de culpa, vergüenza, humillación, soledad, miedo y angustia. Gente confundida, distanciada, desconectada, frágil emocionalmente y con una sensación de vacío. En estos prisioneros, o cualquier individuo con experiencias de vida complejas y traumáticas, las causas de la crisis existencial se pueden atribuir a circunstancias ambientales. Pero también la crisis puede estar relacionada a problemas de ajuste a cambios en el proceso de desarrollo personal, por ejemplo, jubilación, madurez cronológica o una preocupación por envejecer.

El Dr. Clay Routledge, catedrático e investigador en las ciencias de la conducta de North Dakota University, reporta en uno de sus artículos (junio 23, 2018, The New York Times), que esta crisis existencial tiene que ver con una cantidad alta de suicidios en los Estados Unidos. En su opinión, los cambios sociales radicales actuales en la sociedad americana están provocando que la gente se desconecte cada vez mas, formándose así un sentido de pertenencia débil, y consecuentemente, una sensación de desesperanza existencial. Basado en sus estudios, el Dr. Routledge afirma que entre mejor sea el significado sobre su vida, una persona tendrá un mejor sentido de pertenencia social. Es decir, aquel individuo que ve la vida con mejor sentido tendrá una conexión más fuerte con otros, especialmente con sus seres queridos. Esta perspectiva es congruente con el concepto de que el aislamiento social, incitado por la violencia en las calles y los avances de la tecnología de la comunicación por medio de las redes sociales, refuerce una soledad que empeora una sensación de vacío existencial.

En México, la situación parece diferente en su naturaleza, pero similar en su dinámica, específicamente en lo económico, social y político. En una entrevista al Dr. Juan Ramón de la Fuente, psiquiatra mexicano y ex rector de la UNAM, el reportero Rodrigo Vera (febrero 26, 2018, Proceso) informa que "en lo más profundo de la sociedad mexicana subyace una gran dolencia que es el producto de males como la violencia, el narcotráfico, la pobreza y las retoricas estériles, y que se manifiestan en depresión, adicciones y desesperanza ciudadana". Para el Dr. de la Fuente, unas relaciones interpersonales estrechas que nos hagan sentir que valemos y que estamos contribuyendo en la vida, sin importar la condición de clase social, etnia, edad, genero o religión, son recursos esenciales para una existencia con propósito y significado.

Es justo reconocer que, a través de su historia, México en comparación con otros países ha logrado un nivel aceptable de democracia social. Sin embargo, aún falta mucho para llegar a un nivel que la mayoría nos gustaría observar. La búsqueda de la felicidad, como antídoto a una crisis existencial, reside en vínculos con nuestros grupos y seres queridos, mas que el éxito a nivel de estatus social, económico y de poder. Gracias por su interés en esta columna.

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