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Contexto Lagunero

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Juan Manuel Gonzáelz

Las personas tóxicas en el trabajo crean mucho desgaste en la empresa y hacen que el clima laboral sea negativo. Si a veces ya resulta difícil soportar un trabajo, teniendo gente tóxica en él la situación se complica más. Ponen en duda las capacidades de sus directivos y compañeros, son capaces de generar conflictos a nivel laboral y personal, son pesimistas, no le ven nada bueno a nada y siempre hablan sobre lo que podría ir mal. Se quejan constantemente, sabotean y manipulan a sus compañeros, les encantan los chismes de los compañeros y los fomentan, no aportan nada para mejorar un trabajo y, si pueden, dejan que los demás hagan su trabajo y prefieren la rivalidad al compañerismo

A nadie le gusta un compañero tóxico en el trabajo. Aun las personas más difíciles de tratar están de acuerdo con lo anterior. ¿Si usted fuera una persona tóxica en el trabajo, estaría consciente de ello? Es posible que usted esté haciéndole la vida imposible a su equipo de trabajo causando con ello una menor productividad.

Usted de seguro contestará: ¡No! ¡Claro que no lo soy! Las investigaciones al respecto muestran una realidad muy diferente. Hay muy poco en común entre como nos ven nuestros compañeros y lo que creemos que es la percepción que tienen de nosotros. Hay muchas razones de por qué sucede esto, una de las principales es que la percepción que causamos en nuestros compañeros es muy difícil de manejar y es muy subjetiva.

Suponiendo que a usted no le gustaría que sus compañeros lo odien y le saquen la vuelta, enseguida le explico tres grandes razones que, con frecuencia inadvertidamente, lo pueden convertir en una persona tóxica y algunos consejos de cómo evitarlo.

Ser muy frio en el trato con los compañeros. Nuestro cerebro está configurado para advertirnos cuándo alguien tiene algo contra nosotros -contra nuestras relaciones, nuestra carrera, nuestro bienestar en general-. Inconscientemente nos preguntamos ¿Este tipo tiene algo contra mi? ¿Esta compitiendo contra mi o quiere causarme problemas?

Nuestros compañeros contestan estas preguntas evaluando que tan abiertos nos vemos en nuestro trato con ellos -nos juzgan si somos (o no), amistosos, atentos, empáticos- y lo toman como una evidencia de que tenemos buenas (o malas) intenciones con quien percibe nuestro trato. Y esta percepción los domina en su mente y lo creen al 100%.

Cuando uno muestra trato cálido con los compañeros de trabajo, nuestra tendencia a decirles que hacer la toman como un intento de serles útil, creen que generalmente tenemos buenas intenciones y nos dan el beneficio de la duda interpretando generosamente nuestras acciones.

Sería muy conveniente intentar poner mucha atención en nuestros compañeros, hacer contacto visual cuando hablamos y cuando escuchamos, mostrarnos sinceramente interesados en los demás, sonreír, nuestros colegas sienten la necesidad de ser escuchados, como lo sentimos también nosotros.

Ser egoísta. Puede ser que ante esta posibilidad de que usted sea egoísta en su trabajo, usted piensa que no, que lo da todo por sus compañeros, que usted hace más que los demás -y que lo hace mejor-. Puede ser cierto. Pero ¿Que tanto piensa en sus compañeros, sus perspectivas, sus luchas? ¿Conoce sus objetivos personales, sus metas? Si usted ni idea tiene acerca de lo que motiva y mueve a sus compañeros y cuáles son sus esperanzas y temores en el trabajo, usted está en problemas.

La gente egoísta no invierte tiempo pensando en los demás o en ver las cosas desde la perspectiva de los compañeros y no solo la propia, inadvertidamente hace cosas tóxicas como culpar a otros cuando las cosas no salen bien, ignorar a personas clave o incluso apropiarse del crédito del trabajo hecho por otras personas.

La gente más egoísta no se percata de que lo es, aunque en el fondo no quieran ser así. Para tener la certeza de que no somos egoístas, póngase en los zapatos de sus compañeros periódicamente para conocer sus perspectivas, muestre empatía, muéstreles que usted los respeta y los valora.

Comportarse como burócrata apegado estrictamente a las reglas. Creer que las reglas se deben seguir siempre al pie de la letra. Claro que cuando las reglas son éticas o legales, estamos de acuerdo en que no deben ser rotas. Pero otro tipo de reglas, las que indican "como debe hacerse el trabajo", pueden no seguirse cuando el motivo lo justifique en función de la meta que se persigue. Pero la gente burócrata se apega a las reglas como si su vida dependiera de ello y se aseguran de que los demás lo hagan, aunque la regla no tenga sentido o afecte el desempeño y la productividad.

Seamos honestos con nosotros mismos. ¿Somos burócratas apegados ESTRICTAMENTE a las reglas? A pesar de nuestras buenas intenciones de ser responsables, el ser rígidos en las reglas disminuye la efectividad del equipo de trabajo, seamos flexible. Y si finalmente tenemos que apegarnos estrictamente a las reglas, tomemos el tiempo necesario para explicarles a los compañeros la importancia de seguir la regla y por qué el hacerlo es bueno para el equipo y para la empresa.

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