María Elena busca a su hijo Hugo Marcelino, quien fue desaparecido el 20 de julio de 2009.
La celebración del Día de las Madres dejó de ser una comida familiar con regalos para Elena desde hace ocho años y se convirtió en un día de exigir justicia a las autoridades, de participar con otras mamás en una marcha para cuestionar "¿dónde están nuestros desaparecidos?".
Para ella, esos tiempos no regresarán hasta que vuelva su hijo Hugo. Y aunque reconoce que en otro momento sus hijos podrían estarle preparando un festejo, ellos son conscientes de que su deber actual es gritar y exigir que Hugo regrese.
María Elena Salazar entró a Fuundec como una mujer llena de dudas, de incertidumbre y de dolor, hoy se ha convertido en uno de los principales liderazgos del grupo en Torreón y apoya a otras en su proceso.
Hugo Marcelino González Salazar fue desaparecido el 20 de julio de 2009 en Torreón. A casi diez años de distancia, Elena lo recuerda como si hubiera sido ayer. Hugo no llegó a la casa a dormir y ella supo de inmediato que algo le había pasado, porque en 24 años del joven nunca había faltado.
La mujer ha contado su historia demasiadas veces, en foros, en entrevistas, en conferencias, en pláticas con el colectivo, ante las autoridades. Pero siempre duele. Sus ojos brillan cuando habla de su hijo y se enrojecen cuando llega a la parte de la incertidumbre.
Lo último que supo fue que había ido a comer con unos amigos y cerca de las 7 de la tarde le dijo que ya iba en camino a la casa, pero no llegó. Para las 11 de la noche, Elena tenía la certeza de que algo malo había ocurrido, al día siguiente acudió a poner la denuncia y le dijeron que debía esperar 72 horas.
Antes de la tragedia, Elena se dedicaba al hogar y trabajaba. Mientras transcurría el primer año de la desaparición forzada, ella trataba de lidiar con su empleo, pero también sentía que tenía un deber con su hijo, de buscarlo, de encontrarlo.
"Yo ya no podía irme a mi trabajo y hacer como que nada pasaba: Hugo no estaba", dice. Perdió su empleo y se dedicó en cuerpo y alma a buscar a su hijo: "van a ser 10 años y no lo he logrado, pero mientras tenga salud, mientras me pueda mover, lo seguiré buscando".
La rutina de la familia entera cambió, Elena ya no es la misma, tampoco sus hijos. Mientras preparaba su papelería para acudir a la ciudad de México y participar en la marcha con las mamás de los desaparecidos, encontró cartas y detalles que Hugo le entregaba por el Día de las Madres, lo que reafirmó su fe y sus ganas de seguir en la búsqueda.
Elena ha perdido la confianza en las autoridades tras una década de no tener resultados. El expediente de su hijo consta de ocho tomos y la mayor parte de la investigación ha sido realizada por ella.
