Si hay algo peor que una pesadilla es que esa pesadilla
se repita. Y entre nuestros
peores sueños, los de todos,
pocos producen más angustia que un niño desaparezca sin dejar rastro.
Eso es precisamente lo
que ocurre al principio de
esta novela: en un centro
comercial, en medio del
bullicio de una tarde de
compras, un depredador
acecha, eligiendo la presa
que está a punto de arrebatar. Esas pocas líneas,
esos minutos de espera,
serán los últimos instantes de paz para los protagonistas de una historia
a la que los calificativos
comunes, «trepidante»,
«imposible de soltar»,
«sorprendente», le quedan cortos, muy cortos.
Porque lo que hace Carme Chaparro en No soy un
monstruo, su primera novela,
es llevar al límite a sus personajes y a sus lectores. Y ni ellos
ni nosotros saldremos indemnes de esta prueba. Compruébenlo.
Carme Chaparro (Barcelona, 1973) es periodista, con una
amplia y consolidada carrera
como presentadora y editora
en informativos de televisión.
Desde hace veinte años está al
frente de las principales ediciones informativas del grupo Mediaset, en Informativos Telecinco y Noticias Cuatro, espacios para los que ha cubierto
los acontecimientos nacionales
e internacionales más destacados de las últimas dos décadas.
Fragmento:
«Hoy iba a intentarlo otra
vez. No servía cualquier niño.
Tenía que escoger muy
bien. Si no, tantos meses de espera, tanto trabajo y tanto darle vueltas al plan en la cabeza
no valdrían de nada.
Ni lo que vendría después,
claro. El éxito o el fracaso de todo dependía del niño que escogiera esa tarde.Por eso no servía cualquiera.
Así que era necesario fijarse bien. Estaba en el momento
clave del plan maestro y no podía fallar. Ahora no.
Por ejemplo, ese chico. Tendrá cinco años, o quizá alguno
más. ¿Sería ese el niño elegido?
¡Qué nervios!
Aunque, mirándolo bien,
no sirve. Se pasa de la edad, es
cierto, pero parece un poco dependiente».