Sabiendo que nadie puede escapar de lo que somos, el hombre provisto de ilusiones sale a su vida natural con nuevo entusiasmo, mostrando una cara simpática, que no nuble su eficiencia personal y que no dibuje en su terreno de acción, los tratados de frustración que lleva consigo, porque la gente puede y debe siempre poner todo cuanto pueda por mejorar pero depende de circunstancias, de sucesos y hechos, de fuerzas y reacciones que están fuera de su control.
De algún modo, se harta de que los medios no cuenten los que muchos no quieren saber y que dejen de contar lo que debe ser contado y entonces pasa a ser un desorientado, porque tanta variedad lo confunde, porque los comentaristas hilvanan intereses, depositan energías y tiempo en aspectos que no siempre se hermanan con la justicia, con el interés público y sobre todo, con la verdad. Sobre todo hay quienes se aferran a conducirse de acuerdo a sus grandes prejuicios.
A veces dejan espacios como para creer que están tratando de favorecer a clubes o promotores, con sus elogios desmedidos o con sus descalificaciones constantes, sin procurar superar su nivel de narraciones con mayor investigación y reporterismo de los protagonistas.
Se va haciendo común escuchar el mismo tono en todos los partidos, sin aportarle nada al auditorio y algunos exceden su ignorancia, por lo que trasladan sus dudas hacia los muchachos de la cancha.
Otros adoptan en sus partidos el tema de la broma consecutiva y de un tono de humor permanente, que los lleva a las risotadas y maldiciones, como si fuera plática de cantina. También solicitan participación y con ella encima, resulta que no conocen a los jugadores o dudan demasiado. Muchas ocasiones la gente resulta más dominante de la situación que exponen.
Para que el futbol mexicano vuelva a tener ese tono de fascinación intacta, precisa primero que haya entre sus protagónicos, técnicos, directivos, jugadores, un mayor refuerzo de ética y renovación de valores, que son palabras que le cantan a la conciencia. Gente con espíritu de cambio y de reivindicación, personas que de verdad sientan amor y pasión por el juego de futbol.
Los medios también deberán hacer la diferencia y quienes tienen el poder, pueden conseguir el nivel de calidad que apetece el medio, porque no hay debate, sino enfrentamientos y juego de palabras, tal vez tendrán tiempo de observar el previo y postpartido dominical que ofrece la BBC en la Premiere.
Profesionales que hablan con el conocimiento de una carrera impecable, con gran facilidad de palabra y un léxico elegante, variado, amplio. ¿No podemos aspirar a ello en México?
Nuestra gente, tiene expresiones de belleza perdurable, que nacen de su gran imaginación y compiten con su realidad, como una especie de vida alterna, que no va más allá del sueño, pero bien que endulzan el alma.
Estos fans confusos y mal informados, hartos y sedientos de la verdad tienen una curiosidad insaciable pero bien saben que la resolución nunca llega.
