Óscar Castañón Mireles, del ejido Morelos III y su hermano, continúan con la herencia familiar de sembrar la tierra. (EL SIGLO DE TORREÓN/EDITH GONZÁLEZ)
Óscar Castañón Mireles tiene más de 20 años cultivando la tierra en el ejido Matamoros III. Es productor de sandía.
Al igual que sucede con la producción y venta de melón, el "coyotaje" es el principal problema que enfrentan.
Castañón Mireles dice que en este municipio, quien busque obtener ganancias elevadas debe arriesgarse a la siembra temprana. En este caso, las heladas o el granizo son sus peores enemigos, pues un evento climatológico de esta naturaleza significaría la pérdida total de la cosecha.
"Ahorita empezó bien la venta, anda en 4.00 o 4.50 pesos, ya nada más empieza a haber más y empieza a declinar hasta 2.00 pesos, 1.60 pesos. Aquí lo que hace mucha gente es adelantarse a sembrar temprano, se arriesgan un poco metiendo velo, se le nombra velo. Las heladas y los vientos lastiman mucho la planta, pero por eso mismo lo hacen, porque ahorita los que ya andan cortando, están levantando a 4.50 pesos".
Son alrededor de 60 o 70 toneladas de sandía por hectárea, los que obtienen. La planta crece rápido con el calor. En el caso de Castañón Mireles, dice que él y su hermano optaron por no arriesgarse tanto, pues comenzaron en el mes de febrero y para mayo deberán levantar la cosecha.
"Nosotros sembramos un poco más tarde, es fecha del 8 de febrero, la planta se mete 100 días, para el 8 de mayo serían 90 días, como para el 15 o 20 de mayo si Dios quiere".
Cultivar la tierra es herencia familiar. Su padre y sus abuelos también se dedicaban a producir estos productos.
Pero tal parece que hasta aquí llegará la tradición, pues sus hijos optaron por no continuar porque "no les gusta, ven que anda uno en el sol, ven que no hay mucha ganancia y que a veces se pierde".
Aún así, dice que él continuará hasta que se agoten sus fuerzas.
