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Estructura de la auditoría superior del estado

JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA

El Congreso del Estado tiene a su cargo la muy importante función de revisar la Cuenta Pública anual, tanto la que presenta el gobierno estatal en sus tres Poderes, más los órganos constitucionales autónomos con que cuenta y sus numerosas entidades desconcentradas, así como los 38 ayuntamientos. Asimismo, en los últimos años revisa también los llamados informes trimestrales de avance de la gestión financiera.

Esa grave tarea, que por su naturaleza se le conoce con el nombre genérico de fiscalización superior, según ya lo he comentado en otras ocasiones no la realizan de manera directa y personal los diputados, sino que para llevarla a cabo disponen de un órgano técnico. Antiguamente éste recibía el nombre de Departamento de Glosa del Congreso. Después se le conoció como Contaduría Mayor de Hacienda y en la actualidad se denomina Auditoría Superior del Estado (ASE).

La estructura del viejo Departamento de Glosa se integraba según el art. 195 del Reglamento Interior del Congreso, publicado en febrero de 1940, por "un jefe de la Oficina, un subjefe contador, un ayudante del contador, un taquimecanógrafo y un conserje, cuyos nombramientos se harán por el Congreso en los (mismos) términos que el personal de la Secretaría" del propio Congreso.

En total formaban pues ese órgano técnico un total de 5 personas. A principios de 2019 la Auditoría Superior del Estado la integran 263 empleados, incluido su titular. Es decir, una diferencia numérica muy notable en ochenta años.

De las 263 personas colaboradoras de la actual ASE 147 son hombres y 116 mujeres, es decir, 56 y 44 por ciento, respectivamente. Del total sólo 21 (el 8 por ciento) no tienen estudios profesionales concluidos y el 92 por ciento sí los tiene. De estos últimos, que suman 242 profesionistas, 15 cuentan con estudios de posgrado (6.2%), entre los que predominan quienes lo ostentan en Derecho, en número de seis; tres en Economía y sólo 2 en Contaduría Pública.

En el nivel de licenciatura 136 son contadores públicos, casi el 52 por ciento de la plantilla de 263 empleados de la ASE; 37 tienen licenciatura en sistemas computacionales, tecnologías de la información y materias afines (14 por ciento del total), abogados son 29 (11 por ciento), economistas 13 (5 por ciento), en ingeniería civil y arquitectura son 7 en cada caso (2.7 por ciento), 3 en administración de empresas y el mismo número, tres, lo son en sicología (1.1 por ciento) y 7 en otras profesiones, como sigue: ingeniería mecánica eléctrica, agronomía, comunicación, mercadotecnia, turismo, diseño gráfico y educación preescolar.

Como se ve, se trata de un mosaico muy variado de profesionistas al servicio de la ASE, con predominio, como es natural, en carreras vinculadas al objetivo propio y específico de la Auditoría Superior.

De los 263 empleados de la ASE, 215 (82 por ciento del total) laboran en las instalaciones principales del órgano técnico en Saltillo, ubicadas en Blvd. Fundadores 7269 Col. Ampliación Maravillas, que son y parecen amplias y bien acondicionadas en medio de una agradable nogalera de varias hectáreas. Instalaciones desde luego muy superiores al espacio ratonero que hace 35 años me tocó conocer ocupaba el Departamento de Glosa, porque era un miserable anexo a la oficina del titular de la entonces Tesorería General del Estado.

En Monclova trabajaban 25 empleados de la ASE. Ocupan un amplio edificio construido por la ASE, puesto en operación hace un año en Río Usumacinta 2805, Fraccionamiento Castillo, en terrenos de la UAdeC otorgados en comodato al órgano fiscalizador. Y en Torreón laboran 23 personas, en local que ocupan en Arocena 101, Col. Los Ángeles.

Para el cumplimiento de sus funciones, a la ASE le fue asignado en 2017 un presupuesto de 162.3 millones de pesos, de los cuales 120.1 millones se destinaron al pago de servicios personales. Para 2018 y 2019 su presupuesto fue idéntico: 174.8 millones de pesos, de lo que en el primero de los años mencionados 123.7 fueron para el pago de servicios personales, y en el segundo, que es el año en curso, a este rubro están destinados 127.4 millones de pesos. Para tener una idea aproximada de la magnitud del dinero público asignado a la ASE, cabe señalar que el destinado al Congreso (199.8 millones de pesos) es apenas superior en 12.5% al asignado a la ASE, que es su órgano técnico.

Y es que su personal, qué bueno, en términos generales no está mal pagado. El salario mensual más bajo, para 8 empleados que forman parte del personal de apoyo, con estudios apenas de primaria, es de 6,570 pesos. Y quien más gana, obviamente el titular de la ASE, tiene asignada una percepción mensual de 94,290 pesos.

El 55 por ciento de los colaboradores (144 del total de 263) gana entre más de 10 mil y hasta 15 mil pesos por mes, con un promedio del orden de 13,200 pesos. Más de 15 mil y hasta 30 mil pesos los ganan por mes 49 de los trabajadores de la ASE (18.6 por ciento del total). Entre más de 30 mil y hasta 50 mil pesos los perciben 18 empleados, y 7 más de 50 mil y hasta, como ya se dijo, 94,290 pesos que es el monto más elevado.

Lo anterior equivale a una especie de radiografía de la ASE de Coahuila. Ahora procede determinar, con base en el análisis de la información disponible, en qué grado cumple con la función que la Constitución le señala.

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Escrito en: Juan Antonio García Villa

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