El receptor Christian Vázquez (7) junto al pitcher de relevo Brandon Workman (44) y el parador en corto Xander Bogaerts durante el partido del miércoles en Nueva York ante los Yanquis. (AP)
Puede que suene dramático, pero a los Red Sox se les empieza a terminar la temporada en abril.
Los actuales campeones de las Grandes Ligas aterrizan en Tampa Bay con ocho juegos y medio de desventaja con los Rays, que lideran la división.
En menos de un mes de campaña, Boston ya provocó que se contemple al equipo de 2018 como si fuera del antiguo testamento.
Red Sox marcha con récord de seis ganados y 13 perdidos. Desde la era de los comodines, sólo dos de los 46 equipos que comenzaron 6-12 llegaron a los playoffs.
Junto a ello, la ofensiva de los Patirrojos sigue congelada, como si se tratara de los primeros días de entrenamiento en Florida, al ocupar el puesto 18 entre todas las organizaciones de Grandes Ligas.
Como todo en la vida, siempre puede haber algo peor y eso en Boston es el pitcheo. Es el penúltimo en efectividad, con 6.01.
En su expedición a Nueva York, los Red Sox fueron vapuleados en los dos encuentros contra los Yankees, que tienen a 12 peloteros en la lista de lesionados.
Hasta ahora, Boston no ha conseguido ninguna serie a su favor. Se fue 3-3 en su estadía en Fenway contra los moribundos Orioles y Blue Jays. Su aventura por la costa oeste culminó con récord de 2-6.
A partir de hoy, contra los Blue Jays, a la novena campeona de Grandes Ligas le esperan 20 juegos en el mismo número de días.
El miércoles por la noche, el bullpen -la mayor preocupación del equipo- falló al permitir el grand slam de Brett Gardner que le dio la victoria a los Yankees. Falló... como se espera que siga fallando por varios encuentros más.
