DICHOS DE SOR JUANA

Cuando se fracasa en un importante propósito es grato recibir alguna consolación. La máxima de Sor Juana que titula estas palabras parece adecuada para ello, para atenuar los efectos de la frustración. La Décima Musa no la escribió con esa intención. La pone en boca de Música, personaje de su poema dramático dedicado a la virreina Elvira, condesa de Galve, con motivo de su cumpleaños. Música la asonanta para estimularse porque se ha impuesto la difícil empresa de celebrar a la vez que el cumpleaños, la belleza de la aristócrata. Música en sí misma encuentra la ayuda necesaria para el esfuerzo.

Quien se haya propuesto ganar una competencia deportiva y no lo haya conseguido, quien se haya propuesto titularse como universitario sin lograrlo, quien haya pretendido obtener una casa para su familia sin obtenerlo, quien haya intentado escribir un buen libro y haya fracasado, quien haya querido conquistar una pareja sin éxito -y miles de mejores ejemplos- podrían ser consolados con paremias como ésta: "Cegar por mirar al sol / es gloria del animoso".

En su literalidad, la máxima es más bien dolorosa. Quedar ciego por mirar al sol, obviamente sin protección, es una desgracia mayúscula, no una gloria. Por suerte contra ella protege si no la razón, sí la intuición, el instinto. Pero en sentido figurado, los versos de la Décima Musa son alentadores en las que se podrían llamar desgracias menores, como las ejemplificadas arriba. De todos modos, para las adversidades pequeñas y las frustraciones deprimentes se pueden recordar y citar las estimulantes palabras que Música recita en el poema. Allí Sor Juana dice: "Cegar por mirar al sol / es gloria del animoso".