José y Jesús se dedican a la actividad agrícola en el campo de San Pedro; sin embargo, aseguran que la actividad en el campo en ocasiones es desalentadora y poco rentable.
En el campo sampetrino la situación es complicada desde hace muchos años; los agricultores sortean dificultades, tanto en materia de producción como económicas y familiares.
En cuanto a su trabajo, pese a ser de vital importancia la sustentabilidad alimentaria, aún son víctimas de la falta organización, del coyotaje, de abusos y sobre todo de falta de recursos para trabajar y de apoyos por parte del gobierno.
Juan Chavarría Niño, ejidatario de Tacubaya, dijo que uno de los principales problemas que les afectan todavía es la intervención de los coyotes en la comercialización de los productos; sin embargo, señaló que a veces es la única alternativa que se tiene para vender.
Lo cierto es que cada vez se sienten con menos esperanza, se tenía puesta en el cambio que se prometió, por lo que siguen en espera de que realmente lleguen algunos apoyos para poder aplicarlo en la labor y sacar mayor producción.
Por su parte, Jesús Martínez Domínguez, comisariado ejidal de San Miguel, explicó que cada año prácticamente se la juegan; " no hay muchos apoyos y sembramos a nuestros criterio y como podemos, a veces cuando ya estamos cosechando baja mucho el precio y es así donde nos dan en la torre".
Dijo que hay ocasiones en los que la actividad sí es redituable e incluso con mejor precio, pero también hay rachas en las que apenas logran sacar para pagar lo que deben, ya que deben solicitar préstamos para poder sembrar, " o andamos casi regalando el melón, malbaratándolo a 40 o 50 centavos y no alcanza".
Las necesidades de las familias del campo son muchas y las opciones son pocas, solo se dedican a la labor y una gran cantidad de los agricultores son adultos mayores.
Además, están en espera también de que se les asignen otro tipo de apoyos de programas sociales para complementar el gasto y poder subsistir en lo que se genera la cosecha, aparte de los que se dirigen al campo.
"Ahí andamos viendo dónde hay apoyos y a ver si podemos sacar lo del programa de los 68, para de ahí poder contar con algo y poder trabajar más desahogado en la labor", dijo don José.
Para la gente del campo, no hay más actividades económicas que puedan realizar, viven solo de la labor; "yo antes tenía un hato pequeño de vacas pero me vi en la necesidad de venderlas y el dinero no dura mucho y por lo mismo se deshace uno de ellas porque no hay para sostenerlas", concluyó Jesús.
