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No iban al supermercado ni a una excursión: Estos setentones y ochentones fueron a un sitio con aspecto de café fino donde comieron algo, se entretuvieron con juegos y compraron productos derivados de la marihuana para todo un mes. "Es una experiencia muy especial para los viejos", dijo entre risas Ron Atkins, un distribuidor de productos de belleza jubilado de 76 años, mientras observaba un juego de bingo en el dispensario de marihuana Bud and Bloom. (AP)