La policía de París detuvo a 51 personas para las primeras horas de la tarde, multó a 29 personas y 'registró de manera preventiva' a 4,688 manifestantes que ingresaban a la capital. (AP)
Miles de manifestantes del movimiento de los chalecos amarillos marcharon el sábado por las calles de París, mientras las autoridades se aseguraban de que no protestaran en zonas prohibidas y reforzaron las medidas de seguridad para prevenir disturbios violentos como los de la semana pasada en la capital francesa.
La gente se reunió pacíficamente en la Plaza Denfert-Rochereau, en el sur de París, antes de avanzar al norte. La marcha fue convocada para que termine en la atracción más popular del vecindario turístico de Montmartre: la Catedral del Sagrado Corazón.
Las autoridades francesas han prohibido protestas en los alrededores de la avenida de los Campos Elíseos en París y los vecindarios centrales de varias otras ciudades como Bordeaux, Toulouse, Marsella y Niza en el sur, y Rouen, en el oeste de Francia.
La avenida de los Campos Elíseos estaba casi vacía el sábado, excepto por una fuerte presencia policial. Los manifestantes saquearon un sinnúmero de tiendas el fin de semana pasado y quemaron algunos negocios. Los brotes de violencia atemorizaron a los turistas y como precaución la policía cerró las estaciones del metro en los Campos Elíseos.
La policía de París detuvo a 51 personas para las primeras horas de la tarde, multó a 29 personas y "registró de manera preventiva" a 4,688 manifestantes que ingresaban a la capital.
En Niza, la policía dispersó unos cuantos cientos de manifestantes que se congregaron en la plaza central. La ciudad estuvo bajo estrictas medidas de seguridad porque se esperaba que el presidente chino Xi Jinping pasara allí la noche del domingo como parte de su visita oficial a Francia.
El nuevo jefe de policía de París, Didier Lallement, quien asumió el puesto tras las violentas protestas del fin de semana pasado, dijo que se crearon unidades policiales especiales para reaccionar más rápido a cualquier brote de violencia.
El sábado se desplegaron unos 6,000 agentes en la capital y las autoridades monitoreaban las manifestaciones con la ayuda de dos drones. Las autoridades también desplegaron soldados para proteger lugares delicados, para permitir que la policía se enfocara en mantener el orden durante las manifestaciones.
