Cuando la marea de las ilusiones se va, cuando los ojos no alcanzan más lejos su mirada, cuando el corazón regresa a su ritmo normal, se encienden los focos rojos que anuncian la tristeza que viene en camino y aunque los hombres quieren despertar al héroe que todos llevamos dentro, se va teniendo la misma conclusión, en la vida y en el futbol, que las circunstancias determinan todo y que bien dijera Pablo Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".
La tecnología maravillosa nos convierte hoy en viajeros por el mundo mágico de este juego. E igual nos deja ver el arte de Messi en Sevilla, con tres goles como pinceladas de lujo al Betis, como antes nos dejó ver la cara incrédula de la gente del Madrid, que insulta al genio pero que en el fondo le admira y lo que es más, le teme, mientras los suyos son como nómadas en el Bernabeu.
Pasas por Italia y miras goles argentinos del Inter (sin el divo Icardi) para doblar al Milán. Te asomas para admirar el gran estado de forma de Raúl Jiménez en Inglaterra y te adhieres a la pena de River Plate que pierde a su astro, el colombiano Quintero por rotura de ligamento cruzado ante Racing en Argentina. Rematas con el Chuky Lozano haciendo gol triunfal de PSV. Un deleite.
Al regresar a tu realidad (otra vez, las circunstancias) y te encuentras con el panorama local, tan desprovisto de calidad, con partidos donde los comentaristas se inquietan en su narrativa que intentan hacer de un juego lento y común, el espectáculo que ellos mismos solamente imaginan, quizá pensando que su auditorio es gente sin estudio, que no razona y que puede ser manipulada. En esas miserias del poder, aparecen frases que son agresiones a la inteligencia de los oyentes.
Y todos los focos se van al América que viene a la mitad de la tabla y saca la cabeza en Guadalajara, donde Cardozo no puede entrar a la cancha a cabecear. Y luego a discutir a Marioni porque no rescata a Pumas, otros aplauden a Caixinha y hacen guiños a Cruz Azul, se burlan de Rayados que perdió el invicto, conceden algún mérito a Tigres pero no admiran y analizan al espléndido León y su DT Ambriz, que sin su astro Sambueza está en lo más alto de la clasificación.
La tv mexicana tiene gran imagen y producción pero le falla su personal y el estilo que predomina porque en el futbol la mercadotecnia es religión y ello provoca que haya mayor búsqueda del negocio que deja a la exigencia del talento profesional en segundo plano. Hoy en día los estudios tienen paneles donde predominan no los periodistas pensantes, sino los gritones.
El periodismo deportivo de buen nivel es muy escaso. Lo que abunda es el forcejeo, la manipulación, los gritos y desde luego (en alto número) el periodismo militante y light. Porque la diferencia debe ser tener periodistas que lean, estudien, piensen, que le exijan a su talento, que sean verdaderamente profesionales, que emocionen a todos cuando escriban y cuando hablen.
