Bernal apoya el arte

Una sólida puerta de madera se abre para dar paso a una casona donde en los albores de los años treinta, su propietario, el legendario Federico Sánchez Fogarty, invitaba a sus amigos para respirar arte, beber arte y nutrir el espíritu con arte.

Hoy es El rojo de Tacubaya, galería donde Patricia Bernal sigue esa leyenda.

La esbelta figura de la galerista y actriz rompe la simetría del lugar.

Afable en su hablar y sonriente en su expresión, recordó que desde niña quiso abrazar la carrera del arte. Modesta, subrayó que no es experta, sin embargo, por el amor que siente por las bellas artes, sobre todo por la pintura, hace tres años otorgó nueva vida a ese inmueble.

"Decidimos cobijar aquí una galería con la finalidad de impulsar el arte pictórico, sin distingos de ninguna clase, es decir lo mismo exponen pintores nuevos que consagrados, jóvenes y maduros, porque los artistas no tienen espacios suficientes para dar a conocer sus obras".

Con esa idea, dijo, aquí damos cabida a los artistas emergentes y a su obra.

A pesar de los esfuerzos que representa abrir una galería de arte, por lo que respecta a permisos, trámites administrativos, acondicionamiento del inmueble, nómina, gastos corrientes y una serie de acciones más, Bernal dejó ver su entusiasmo y el ánimo que en nada ha decaído. "Estoy enfocada en consolidar este espacio y sé que lo voy a lograr".

Sensible al arte y a la belleza, la galerista tiene un deseo que poco a poco va pasando al terreno de la realidad. "Quiero que cada día venga más y más gente, que los vecinos de San Miguel Chapultepec conozcan sus espacios, que descubran su arquitectura original y poco a poco se vayan apropiando y haciendo suyo El Rojo de Tacubaya, sitio hermoso".

Pintura, fotografía y otras técnicas y manifestaciones de las artes visuales caben en esa galería abierta a todas las propuestas, "porque México tiene artistas diversos".

Pidió que artistas y público vayan a ese recinto, los primeros a exponer y los segundos a conocer lo que artistas contemporáneos hacen en esas materias gozosas para la vista de los mortales. Hace tres años que la galería abrió sus puertas.

"¿De qué vivimos en la galería? ¡No lo sé! Lo cierto es que algunas personas, entre artistas y colaboradores, cooperan mucho no sólo con su talento y trabajo para sacar adelante este proyecto", respondió sin perder el guiño de optimismo que siempre tiene dibujado en el rostro, cual pintura de su propia galería.

Sobre el momento que vive El rojo de Tacubaya, expresó que "es uno difícil".

Y lo acreditó a que han cambiado muchas cosas.

"Esperamos que lo sobreviva bien y las cosas mejoren; le doy un año más para que retome su lugar dentro del universo de las galerías en la Ciudad de México y para eso estoy cambiando algunas estructuras organizativas".

APOYO

La experiencia acumulada en estos tres años ha sido verdaderamente bonita, desde su particular perspectiva.

Ha tenido numerosos artistas que nunca antes habían expuesto de una manera tan profesional, otros que ya han presentado su obra en México y algunos más que incluso tienen obra colgada en museos y colecciones particulares en el mundo. Rodrigo Echeverría, Rosa Alemán, Teresa Abdala, José Esteban Martínez, Valeria Florescano, José Luis Viesca, Natasha Garay, Esteban de Nys, Arturo Ortiz, Gabriela Aguirre, Christine Couture, Narcissus Quagliata, Cecilia Mancera, Aitor Etxeberría, Fernando Biderbost, Vicente Roscubas, Gorka Larrañaga, Luis Candaudap y Naia del Castillo han expuesto ahí.

El plan a corto plazo es hacer una residencia de artistas en El rojo de Tacubaya, generar el crecimiento de la galería y dejar para la comunidad artística, para los vecinos y para todo el público, un recinto perfectamente cimentado en su quehacer.

"Todos tenemos la obligación de dejar algo en la vida, algo de lo que se nos ha dado", señaló.

SU HISTORIA

Sobre la casa que alberga a la galería, hizo un ejercicio de memoria para decir que en los años treinta del siglo pasado, a la antigua casona ubicada en la calle de Joaquín A. Pérez 6 en Tacubaya, se le conoció como el "Palacio rojo de Tacubaya", seguramente, por su gran salón de fiestas en el que predomina este color como hasta la fecha en parte de su interior.

El propietario de entonces, Federico Sánchez Fogarty, reunió ahí en incontables eventos socioculturales a los artistas e intelectuales que forjaron la estética del México que hoy conocemos.

"Ese anfitrión excéntrico, mecenas y coleccionista, impulsó a los jóvenes pintores y escultores, y fue visionario al dar a la fotografía su lugar entre las artes plásticas".

Siguiendo esta tradición, Bernal plantea un sitio abierto a la diversidad.

Los espacios de la casa permiten el desarrollo artístico de proyectos, desde su concepción hasta su presentación pública.

"Esta es una gran ventaja, ya que son pocos los espacios culturales que pueden albergar el trayecto completo, del taller a la galería o del ensayo al teatro", concluyó.

Expone su arte

El más reciente apoyo de El rojo de Tacubaya al arte nacional e internacional es a través de Espacios experimentales, de la artista plástica mexicana Verónica Ibargüengoitia, quien trabaja con espacios arquitectónicos que convierte en óleos sobre tela tras un proceso de abstracción apta para todo público.

Las 10 piezas que presenta datan de 2016 a los últimos días de 2017, y el nombre de la exposición obedece a que es la primera serie o colección que elaboró en relación con los espacios como una abstracción.

La muestra se presenta en el espacio principal de la galería.

Trabaja con geometría, luz, contrastes y otros elementos de los espacios arquitectónicos y le gusta usar los cambios de tonos y las posibilidades que la iluminación puede ofrecer.

Desde la primera reducción, a partir de la primera pincelada, la artista piensa sólo en el espectador que habrá de admirar cada una de las piezas que salen de su estudio de arte.