Prevención del delito con participación ciudadana
En las constantes platicas que sobre el obligado tema de la inseguridad se vierten diariamente entre la ciudadanía y en los medios de comunicación, se observa, lamentablemente, que en su mayoría o bien son los relatos del horror que ha alcanzado la percepción de violencia y delincuencia y que nos tiene hartos, o bien de señalamientos que continúan en su empeño de encontrar culpables. Pocas, muy pocas, son acciones que en realidad proponen la resolución del problema.
Si bien se debe reconocer que nuestra ciudad no es únicamente un camino y paso de las drogas para el país del norte, en la actualidad nos hemos convertido ya en consumidores y que la delincuencia organizada ramifico su negocio de las drogas y se encuentran realizando cruentas batallas por el control de estas rutas de tráfico.
Aquí es preciso recalcar y hacer un señalamiento y reconocer que a nuestra ciudad no llegó ninguna nave espacial llena de delincuentes que bajaron de la misma y se han reproducido implacablemente. Esas personas delincuentes están saliendo de nuestros propios hogares, en los cuales no hemos educado a los niños y jóvenes con los principios y valores suficientes para enfrentar un ambiente cada vez más deprimente, más decadente, adverso y peligroso que, además de victimizarlos, los convierte a muchos, muchísimos ya, en delincuentes.
Estamos viviendo las consecuencias de la enorme corrupción que ha caracterizado a nuestro estado desde hace muchos años, la cual, gracias a la impunidad total que impera, ha logrado acrecentar de manera ilegítima incontables fortunas, pero no ha logrado el desarrollo de manera integral de nuestra sociedad, y las grandes diferencias sociales que hoy existen, son el caldo de cultivo perfecto para este tipo de problemas.
En pocas palabras, y como se dice en términos coloquiales, rdblquote estamos como estamos, porque somos como somosrdblquote . Penosamente nos damos cuenta que los encargados de brindar seguridad han sido rebasados, contaminados y manipulados por las redes delincuenciales y que día con día este fenómeno criminógeno afrenta de manera innegable contra los dos valores más altos que como ciudadanos poseemos: la vida y la libertad, ¿cuál debe ser la salida a este gravísimo problema? La respuesta es participación ciudadana.
Y resulta ser que participación ciudadana no es dar o donar 100 pesos motivados por artistas o campañas de televisión para decir ante los ojos de todos rdblquote ya cooperamosrdblquote . Participación ciudadana, forma parte de las acciones que, dentro del Plan Nacional de Desarrollo, se realizan en México desde hace más de 2 décadas y contempla la creación de comités y observatorios de participación ciudadana para, justamente, observar, supervisar y auditar los trabajos de las personas adscritas a las distintas entidades de gobierno, a quienes pusimos a gobernar al emitir nuestro voto.
No llegará ningún gobernante capaz de resolver el problema, con una fórmula que no contenga estos ingredientes: participación ciudadana y estos ingredientes no son el aderezo a dicha fórmula, conforman la base fundamental con la cual se lograrán resolver los distintos problemas que enfrenta el país: personas que lejos de ser simples espectadores, quieran ser protagonistas de los cambios que en éste y todos sentidos se deban implementar para tener un mejor mañana, teniendo en cuenta esa dualidad importante como solución, educar al mayor número de personas para evitar que se conviertan víctimas y sensibilizar a los jóvenes para evitar que se conviertan en delincuentes.
Esta labor no es sencilla, y menos fácil, en un estado donde no se tiene una cultura ni de prevención ni de participación y ayuda verdadera; de aportar cada quien lo mejor de sí mismos a la ciudadanía, para vivir en un mejor entorno, en ése que todos queremos y merecemos vivir, de ahí nuestra invitación donde como ciudadanos tengamos una participación activa y logremos con esto una cultura de la prevención con apego a la legalidad, siguiendo modelos de sana y proactiva convivencia y sinergia con los sectores público y privado, consolidando con esto el sentido de responsabilidad social.
Francisco Carranza García
Torreón, Coah.
