El jefe del Gobierno Pedro Sánchez encabezó ayer una ceremonia en memoria de las víctimas del atentado en la estación de Atocha. (EFE)
Las diferencias políticas ensombrecieron este lunes los actos de homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en los que perdieron la vida 192 personas y más de mil 800 resultaron heridas.
Quince años después de que diez bombas explotaran en varios trenes de cercanías, políticos, asociaciones de víctimas, agentes sociales y ciudadanos, recordaron a los fallecidos en diferentes lugares de la capital española y a distinta hora.
Los actos de recuerdo comenzaron en la céntrica Puerta del Sol, con la presencia del jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez; el presidente del Gobierno regional de Madrid, Ángel Garrido (PP, centroderecha), y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena (Coalición de izquierdas Ahora Madrid).
Los tres, junto a varias asociaciones de víctimas, depositaron una corona de laurel frente a una placa homenaje, mientras una orquesta y coro de la Comunidad de Madrid interpretaron la obra "In memoriam 11-M".
Antes, Sánchez había recordado en su cuenta de Twitter a los fallecidos en la masacre que siguen -dijo- "en nuestra memoria". "No os olvidamos", afirmó.
El presidente regional de Madrid abogó por celebrar un acto unificado de todos los organismos públicos y asociaciones para recordar a las víctimas de los atentados.
También los partidos políticos se mostraron de acuerdo en celebrar un acto conjunto que dé un "mensaje de unidad y recuerdo" en el aniversario de los atentados.
