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ENFOQUE

Diálogo de hermanos

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

Esta es una historia ficticia salpicada de realidad, con hechos que efectivamente sucedieron, bien conocidos por la sociedad, y de los cuales muchos se arrepienten y lloran desconsoladamente. Tres hermanos se reunieron para platicar y rememorar acontecimientos de su pasado glorioso, hoy tristemente en desgracia; la cita es en un edificio que fue majestuoso, hoy muy deteriorado por falta de mantenimiento, que consta de diez pisos, ubicado en la Avenida Independientes, que por su extensión es una de las principales arterias de la Ciudad, pues la cruza de sur a norte, desde el pueblo de Culpam, hasta el monumento de los Guerreros Grises.

Sentados cómodamente sobre sillas acojinadas, los dos hermanos esperan a que llegue el mayor que fue el convocante. Con paso vacilante, apoyado en un bordón metálico para poder caminar; hombre de piel rugosa y reseca, ya blanco su cabello, con marcadas cicatrices de heridas que en su larga vida el tiempo le dejó; ataviado con un traje de tres piezas: pantalón de color blanco, camisa en tono verde y chaqueta roja, corbata de moño, también tricolor; batallando, llega hasta donde están las personas que esperaba. . .

Institucional, es el nombre del anfitrión y sin entusiasmo, saluda con desgano a los visitantes. Se dirige primero a Revolución, luego a Nacional, son sus hermanos que llevan esos nombres; y dirigiéndoles la mirada, exclama:

-Bien saben ustedes, como lo sabe todo el país, estoy cumpliendo noventa años, pues nací el 4 de marzo de 1929. Fui creado por Lotario Estrías Rayes, autonombrado jefe máximo de la revolución, cuando ya no era presidente de México, quien me dio vida para tener un solo organismo político que pudiera controlar, y a través de él, que soy yo, manejar la política del país. De 1928 a 1934, México vivió una turbulencia política. El general Ortegón había terminado su período presidencial en 1924; lo sucedió el General Estrías Rayes, que finalizó su gestión en 1928. Ortegón quiso ser nuevamente presidente, y ganó efectivamente la elección de 1928, pero su osadía le costó la vida, pues fue asesinado en el restaurant "La Bombilla" de San Ángel por un fanático religioso, aunque siempre hubo la sospecha que detrás del homicidio estuvo la mano de Estrías; así se hizo jefe máximo.

-Entonces, de 1928 a 1934 vinieron tres presidentes impuestos por el mismo Estrías: Cortes Hill, Moritz Nubio y Leotardo L. Rosiques; quiso hacer lo propio con el general Nazario Cadenas, que fue presidente de 1934 a 1940; pero éste no lo permitió y lo expulsó del país.

-Por mí y a través de mí se nombraron 11 presidentes de la República, ininterrumpidamente, de 1934 a 1994, -continuó hablando Institucional. Gobernadores de los Estados, senadores, diputados federales, presidentes municipales, diputados locales y hasta síndicos y regidores, necesitaban mi autorización para serlo. Así fue hasta el 2000, año en que perdimos la presidencia.

-En 1938, el general Nazario Cadenas, presidente de la República, decidió por estrategia política cambiarme de nombre, y entonces naciste tú, Revolución, que viniste a ser prácticamente mi hermano, pues los dos procedemos del mismo padre, o sea, el Poder.

-Años más tarde, en 1945, nuevamente quien me dio vida, el Poder, consideró conveniente que mudara de nombre; todavía siendo presidente de la República Águila Chamaco, y con Michel Alamán como candidato por mí abanderado al más alto cargo político del País; entonces me llamé Institucional, nombre que conservo hasta estos días.

Somos tres cuerpos, unidos en un sólo organismo; en realidad hemos sido y somos uno, con nombres distintos pero de la misma esencia.

-Con noventa años de existencia, rica en sucesos trascendentales para el país, en el que tuvimos etapas dulces pero también períodos amargos, momentos de felicidad y largos espacios de pena y dolor; hemos sobrevivido, ustedes y yo hermanos, a situaciones difíciles y complicadas, verdaderos laberintos políticos, nacionales e internacionales de los que batallamos para salir avante. Fuimos tan hegemónicos, sin rival al frente, sin competencia electoral, y tan partido único que Cargas Losas, escritor peruano, se atrevió a decir una gran verdad: que el sistema político mexicano era "la dictadura perfecta".

-Llámenos Nacional, Revolución o Institucional, cualquiera que haya sido nuestro nombre, le dimos al país un extenso período de estabilidad, de tranquilidad, de paz y armonía, que permitieron el desarrollo económico y cultural de los mexicanos: se crearon instituciones educativas de nivel superior: se construyó el complejo arquitectónico de Ciudad Universitaria, con sus edificios emblemáticos de Rectoría, Biblioteca y Estadio Olímpico y las unidades de facultades y escuelas; la Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico; organismos de asistencia social como el IMSS y el ISSSTE; de apoyo a los trabajadores como el INFONAVIT y FONACOT; se construyeron escuelas, hospitales, carreteras y presas, hubo empleo, educación y salud para el pueblo, tantas cosas, que resulta largo y pesado detallar ahora.

-Sí, hermano Institucional, intervino Nacional, pero son más los errores cometidos, hemos caído en tantos vicios, tuvimos y aún tenemos defectos muy graves y perjudiciales. Muchos de los hombres que llegaron al poder por nuestro conducto, incurrieron en actos de corrupción, de rapiña, de saqueo a las arcas nacionales, se enriquecieron escandalosamente con dinero del pueblo; cada sexenio, con honrosas excepciones, aparecía una nueva camada de millonarios; por eso la gente nos dio la espalda, renegó de nosotros desconfió de nuestra honestidad y lealtad, y nos castigó dando su voto a otros partidos y sus candidatos al momento de las elecciones.

-Es verdad, acotó Revolución, (que había estado escuchando con atención a sus fraternos), el primer descalabro que sufrimos fue en el año 2000, cuando el candidato que impulsamos, Malvestido, un tipo timorato, inseguro, dubitativo, fue derrotado en las urnas por un locuaz azul de la derecha: Valente Tos. Individuo folklórico y dicharachero que gobernó al país, como si fuera una empresa refresquera; y sin haber hecho gran cosa, logró que el blanquiazul derechista triunfara nuevamente, ahora con Seripe Sorderón en las elecciones de 2006, gobernando el país por otros seis años…

-Para empezar, continuó su discurso Revolución, habiendo nacido dentro del poder y siendo un partido del poder, poco a poco nos fuimos olvidando de nuestro origen, de los principios y valores que le dieron razón de ser a nuestra existencia, dejamos de abanderar las causas populares, ya no estuvimos cerca de la gente para luchar por sus demandas, sus anhelos, por buscar satisfacer sus necesidades. Nos volvimos un partido oligárquico, burgués, elitista, indiferente y contemplativo a los planteamientos de la gente. Negamos nuestra justificación histórica.

-Por eso, distinguidos cuadros de nuestra organización, -intervino Nacional-, advirtieron y denunciaron el peligro que corríamos, de seguir por ese camino, pero las cúpulas, presidencial y partidista, se mostraron indiferentes ante esta denuncia, y dejaron que las cosas siguieran como estaban. Irresponsablemente aplicaron la técnica de los fisiócratas franceses: "laisser faire, laisser passer", dejar hacer, dejar pasar.

-Esta falta de atención hacia la problemática que padecimos, y todavía padecemos, produjo una terrible crisis estructural a nuestro golpeado y lastimado cuerpo: en 1988, militantes de primera fila, renunciaron a nuestra organización para fundar una nueva corriente política que nació con mucha fuerza, que se ha ido debilitando por las pugnas internas y conflictos domésticos de sus dirigente: personajes como Aristemo Cadenas, Porfiado Muros Ruedo, Artemio Maciel Montes Sembrador, y muchos más desertaron de nuestro instituto político y se corrieron a la izquierda.

-Además, volvió a tomar la palabra Institucional, que se veía más preocupado que los otros dos-, recordarán que otro gran error que cometimos como partido, fue la elección de Molinas de Goltieri, en 1988; elección que fue siempre sospechosa de ilegítima por la "vox populi", al considerar que hubo fraude en ese proceso electoral, pues al de Gobernación "se le cayó el sistema".

- Luego para decidir sobre su sucesión, Molinas subió a la palestra política en 1994, a Rolando Corrioso, buen tipo, carismático, que había caído bien a la gente; pero la osadía que tuvo al pronunciar un discurso dentro de su campaña, en el aniversario del partido en marzo de 1994, criticando fuertemente al sistema político mexicano y la realidad social que en ese momento vivía México, significó una crítica al régimen del presidente Molinas, quien molesto por aquellas palabras de Corrioso: "Veo un México inconforme y desesperanzado, un pueblo deseoso de libertad y democracia, de bienestar y dignidad . .", conspiró para eliminar de la escena política al candidato, asesinado en Lomas Taurinas de Tijuana, Baja California, entrando como emergente de última hora, un oscuro tecnócrata, al que de mala gana tuvimos que abanderar: Eusebio Zerillo, quien sin embargo, triunfó holgadamente en las urnas.

-Es cierto que sufrimos fuertes golpes al perder la presidencia de la República en dos ocasiones, dijo Nacional, pero la recuperamos en 2012. . .

-No te engañes, hermano, aclaro Institucional. Fue sólo un espejismo: muchos creyeron que el partido recuperaba el poder. La verdad es que fueron seis años desaprovechados, porque nuevamente afloraron los vicios y deshonestidades en el gobierno de Empique Reseña Prieto, quien para las elecciones del 2018 escogió un candidato de bajo perfil, opaco, antipático, sin carisma, Jossef Apolonio Reed, y nos obligó a cobijarlo. En vano, porque se enfrentó a un personaje con doce años de campaña política, y prácticamente con mucha ventaja por el camino recorrido: Artemio Maciel Montes Sembrador.

-Montes Sembrador dirigió sus baterías a terminar con la corrupción, quitar las pensiones a los ex presidentes, reducir los sueldos de los altos funcionarios, vender los aviones y toda la flota aérea del gobierno, meter a la cárcel a los corruptos, otorgar becas a los estudiantes, apoyar con un bono a los desempleados; aumentar las pensiones de los jubilados; no vivir en Los Pinos, que convertiría en museo y centro cultural, pero sobre todo acabar con la "corrupta mafia del poder", culpando de todo lo malo a nuestra organización, ¡a nosotros!

-Desarrolló una campaña con mensajes subliminales, y la gente cansada de tanta corruptela, le otorgó el voto. Nosotros perdimos una vez más la presidencia, ahora con una corriente que se dice de izquierda, y fuimos desplazados al tercer lugar como fuerza electoral. . .

-Tengo 90 años, estoy viejo, enfermo y derrotado, -terminó agitado su intervención Institucional-, haciendo la siguiente reflexión: ¿Qué tengo que celebrar al llegar casi a cien años de vida? El panorama es desalentador por nuestra poca presencia en el ámbito político nacional: según las estadísticas, de 2458 municipios y 18 alcaldías de la Ciudad de México, sólo contamos con 584 presidentes municipales; 183 diputados locales de un total de 1124; ¡47 diputados federales de 500 que integran la Cámara!; sólo 14 de 128 senadores; de 32 gobernadores, solamente tenemos 12. Y no tenemos la presidencia de la República.

-Hay prominentes militantes que creen y quieren mi refundación y modernización para recuperar el poder. ¿Será posible?

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