La constructora a cargo ha sorteado derrumbes de rocas por la existencia de abras en la zona, lo que ha complicado la extracción del material y avanzar de esta manera conforme a lo proyectado. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Derivado de las condiciones del terreno donde se realiza la perforación del nuevo pozo de agua potable en el parque Raymundo, la constructora a cargo ha sorteado derrumbes de material pétreo durante la perforación, que han complicado los trabajos y alargado el tiempo proyectado de entrega de la obra.
Los derrumbes han sido provocados por la existencia de abras u oquedades, una de ellas del tamaño de una recámara pequeña, que ha ocasionado que sea más tardado el proceso de extracción de rocas.
La localización del abra principal, ubicada a una profundidad de 46 metros, fue lo que retrasó la obra de perforación, que inició desde el 23 de agosto del año pasado, obra que se esperaba concluir en un lapso de 45 días, de haber encontrado un terreno con menos complicaciones.
La obra durante todo este tiempo no se ha detenido por este motivo, pero representa mayores dificultades que se traducen en mayores costos para el contratista por horas-hombre y horas-máquina, además del combustible necesario para las operaciones.
La maquinaria ha sacado constantemente rocas de todos los tamaños.
En esta obra del pozo de Raymundo se aplicarán recursos por un monto de 5 millones de pesos, que fueron etiquetados para esta acción tan necesaria, ya que este nuevo pozo proporcionará del vital líquido a más de 20 mil habitantes del sector norponiente de la ciudad de Lerdo.
El Gobierno del Estado solicitó y adjudicó la obra a la empresa Aforos y Perforaciones Robles, que ha trabajado constantemente en la perforación con todo tipo de equipo y maquinara para poder terminar lo más pronto posible, labores que han sido supervisadas también por el personal correspondiente, quienes este martes estuvieron en el área verificando las labores.
Según datos de la Comisión de Aguas del Estado de Durango (CAED), los trabajos de perforación se realizan a base de lodos activados (lo cual en teoría es empleado para evitar o reducir los derrumbes del terreno) y se lleva una perforación de 120 metros de una totalidad que marca el contrato de 150 metros (profundidad a la que se espera se encuentre el agua).
Dentro de los trabajos, se ha introducido una tubería de 28 pulgadas a 30 metros de profundidad y otra tubería de 20 pulgadas a 50 metros de profundidad como contra-ademe ya instalada.
El contra-ademe es la tubería utilizada en la ampliación de la parte superior de un pozo, cuya función también es evitar derrumbes del pozo y entradas de aguas superficiales o colgantes, las cuales contaminan el acuífero.
En la zona de los trabajos hay cemento y es que éste es utilizado para rellenar las áreas que rodean a la tubería y reforzar así el terreno adyacente.
