Durante este día, en la frente de cada practicante católico se recibe una cruz de cenizas. (ESPECIAL)
Este 6 de marzo es Miércoles de Ceniza, con lo cual se marca el inicio de la Cuaresma para la Iglesia Católica.
Durante este día, en la frente de cada practicante católico se recibe una cruz de cenizas que se obtienen de la quema de palmas usadas en el Domingo de Ramos del año anterior, y que son mojadas con agua bendita.
"Memento homo, qui pulvis es et in pulverem reverteris" son las palabras que el sacerdote pronuncia al momento de imponer la ceniza, lo que en español se traduce a: "Recuerda, hombre, que eres polvo y al polvo volverás", siendo esta una manera de recordarle al creyente que la vida es pasajera.
El hecho de imponer ceniza es considerado como un símbolo, proviene del latín "cinis", refiriéndose a muerte, caducidad, humildad y penitencia.
El origen de la imposición de ceniza surge en la antigua tradición hebrea en la que los judíos se cubrían de cenizas y se vestían con un saco de tela áspera cuando pecaban o cuando se preparaban para una fiesta importante, todo esto, como signo de su deseo por acercarse a Dios y representar el arrepentimiento y su voluntad para convertirse, lo cual fue adaptándose a la celebración religiosa actual.
Cabe señalar que para recibir ceniza no se necesita ser católico e incluso muchos catecúmenos la celebran como preparación para el bautismo que los incorpore a la Iglesia. Además, si bien la ceniza debe ser bendecida por un sacerdote, no es necesario que éste la aplique, pues puede apoyarse en un laico. Una vez impuesta, no hay un tiempo específico que deba llevarse.
El Miércoles de Ceniza no es un día de precepto para la Iglesia Católica, por lo que su recibimiento no es obligatorio, pero al igual que en el Viernes Santo, sí lo son el ayuno y la abstinencia.
