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LA FAMA DE LA MONA LISA

SERGIO GARZA SALDÍVAR

Hoy en día, su hogar, el Museo del Louvre, recibe más de 8 millones de visitantes al año. Una gran cantidad de ellos son turistas hambrientos por tomar una foto frente a la pequeña obra de Leonardo. De entre las más de 35,000 obras que exhibe el museo, ésta es la única que tiene tres barreras para poder contemplarla: un cristal blindado, un cordón que impide acercarse a más de un par de metros, y una muralla de celulares, tabletas y cámaras que los turistas alzan para probar que estuvieron frente a la obra.

A pesar de las notorias cualidades que posee la pintura, no siempre se le ha considerado "la mejor obra de arte jamás realizada". Leonardo nunca la vendió, sino que la heredó a su discípulo Salaí. El rey de Francia compró la pintura tiempo después, y la depositó en el palacio de Fontainebleau; hasta que Luis XIV la moviera al palacio de Versalles. En la revolución francesa fue trasladada al Palacio del Louvre.

Durante mucho tiempo la pieza no fue considerada demasiado superior a la de sus contemporáneos. En 1852 la obra se valuó en 90,000 francos, que, en comparación con algunas obras de Rafael valuadas en más de 600,000 francos, permite conocer la valoración económica y subjetiva que se le dio a mediados del siglo XIX. Su notoriedad desmedida es un fenómeno reciente, que se puede rastrear a inicios del siglo XX, con un curioso suceso que hizo que la Mona Lisa apareciera en los periódicos de todo el mundo.

En 1911, unos pintores pidieron permiso para poder entrar y copiar a la Gioconda, para uno de los ejercicios de la academia donde estudiaban. La sorpresa sería que al momento de llegar a donde debería estar la pintura, encontraron un hueco: La Mona Lisa había desaparecido.

Tras comprobar su desaparición, se llamó a la policía de París y se cerró el Museo del Louvre. Los investigadores sólo encontraron el vidrio que cubría la superficie de la pintura, desechado en unas escaleras de servicio. La búsqueda continuó durante algunos días y semanas, pero al ladrón fue imposible encontrar.

Los medios de comunicación estaban conmocionados. ¿Cómo era posible que alguien se robara una pintura del Museo del Louvre"? El suceso fue cubierto por todos los periódicos, a nivel internacional.

A pesar de que la noticia se hizo del dominio público en relativamente poco tiempo, muchas personas se preguntaban: "Bueno, pero, ¿y cuál es esa pintura?" La Gioconda no tenía en aquel entonces los niveles de fama con los que cuenta ahora. Dos años después, cuando la Mona Lisa por fin fue recuperada, la imagen de la Mona Lisa se había convertido en la obra de arte que más veces se había reproducido; ese fue el inicio de su fama.

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