Los ejercicios de autocrítica son indispensables para detectar las áreas de oportunidad en las que se puede trabajar para mejorar el desempeño de un individuo.
Encontrar los puntos débiles supone una tarea que, por más simple que parezca, abone a la edificación de un mejor resultado.
Recientemente, Participación Ciudadana 29 junto con Red es Poder presentaron el estudio "Satélite Político", en el que evaluaron el desempeño cuantitativo de los 25 diputados de Coahuila.
En éste, las organizaciones construyeron una evaluación compuesta por cinco variables que al final se englobaron en una calificación.
Independientemente de los resultados, algunas reacciones recopiladas por los legisladores coahuilenses dejaron mucho qué desear. Sus comentarios, más que propositivos, se condujeron hacia la descalificación del trabajo, de la metodología y del esfuerzo de ambas organizaciones.
Los diputados aún no han entendido que los ciudadanos, periodistas y organizaciones de la sociedad civil están en su derecho de evaluar su trabajo, de señalarlo, de criticarlo y de exponerlo públicamente. Se ha tenido la nociva tradición de que la actividad legislativa gravite en la oscuridad, por debajo de la alfombra, sin que nadie le preste atención; pero es justamente ésta la que le da rumbo o desbarranca a una administración estatal o federal.
Después del primer año de trabajo de la LXI Legislatura del Congreso de Coahuila, se puede concluir que la oposición formó un bloque lleno de fugas y fisuras, sin una ideología clara y con una desorganización pocas veces vista. También se pudo determinar que, aunque la oposición diga lo contrario, los 25 diputados han estado al servicio y a la orden del Gobernador del estado, Miguel Ángel Riquelme Solís, al aprobarle más del 70 por ciento de sus iniciativas.
Además, en la parte de fiscalización, algunos legisladores se han dedicado a bloquear las comparecencias de diversos funcionarios públicos estatales que no han presentado cuentas claras y que incluso han sido señalados por parte de la Auditoría Superior del Estado de Coahuila por diversas irregularidades en el manejo de sus presupuestos.
En conclusión, Satélite Político funcionó para revelar, con números, que los diputados de Coahuila, en general, están a las órdenes del Gobernador. También, por otra parte, y bajo mi punto de vista, evidenció a los legisladores que les importa tan poco su trabajo que solamente, en un año, fueron a la mitad de las sesiones. Por último, nos dio un panorama de cuáles son los temas más importantes en la agenda legislativa, siendo éstos los relacionados con situaciones políticas y financieras, dejando de lado temas torales como la atención a las violaciones de los derechos humanos, la escasez de agua y la atención a temas fronterizos.
Como ciudadanos, debemos realizar ejercicios que ayuden a transparentar y a revelar el trabajo de los funcionarios públicos. El sistema político mexicano no evalúa constantemente a sus trabajadores, no aplica criterios de calidad para determinar si deben o no deben seguir en un puesto y no ayuda a la construcción de una ciudadanía más despierta, más participativa y más empoderada.
Mientras más información tengan los mexicanos, menor margen de maniobra tendrán los burócratas para poder delinquir o corromper los procesos. Es tiempo de observar, participar y denunciar. Es tiempo de que el control lo tomemos nosotros, y no una cúpula ausente, indiferente e insensible ante los problemas que tienen fracturado al estado y al país.
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