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LA OMISIÓN NO ES OPCIÓN

Arturo Macías Pedroza

En un "Foro de discusión y análisis sobre la despenalización del aborto" realizado en el teatro de la Casa de la Cultura de la Ciudad Jardín, el 31 de octubre del año pasado, organizado por la Confederación de Colegios y Asociaciones de Abogados de México y otras asociaciones de la región. Un doctor y un abogado expusieron sus temas con gran profesionalismo y preparación, exponiendo los fundamentos científicos, médicos y legales, pero al tocar el turno a la persona que defendía el aborto con los argumentos de siempre, resultó su exposición tan poco creíble, que incluso fue objeto de rechazo por parte del público asistente que tuvo que ser invitado a "soportar" con paciencia argumentos que previamente ya habían sido rebatidos aún antes de ser expuestos. El aspecto moral fue el más breve, debido sobre todo a la argumentación contundente de aspectos legales y médicos que previamente habían sido expuestos y que exhibieron penosamente la debilidad de los argumentos de los defensores de la legalización del aborto.

La persona no era tonta y sabía perfectamente que teóricamente defendía lo indefendible. ¿Por qué entonces continuar? ¿Habría otras causas diferentes a las argumentativas? ¿Cuáles son la motivaciones que llevan a una persona a enfrentar críticas y rechazos y a buscar insistentemente la legalización del aborto?

La idea de una maquinación internacional parecía un poco irreal, pero actualmente las intenciones y planes de grupos poderosos a nivel internacional se han ido publicando impúdica y descaradamente, ya no tienen empacho en manifestar su empeño de provocar una disminución de la población de los países emergentes por medio de la ideología de género que, como ideología que es, va más allá de razonamientos y ha permeado a la sociedad con la fuerza de la publicidad, el dinero y el poder, internacionales, armando toda una campaña contra la familia y la vida.

Nacida e impulsada desde las Naciones Unidas pretende imponerse en todo el mundo. Escondida en eufemismos, es un paquete de maldades que busca: el aborto como "derecho" (ahora matar a un inocente es un derecho); "salud reproductiva" (un aborto no es una intervención terapéutica); "igualdad" del hombre y la mujer en cuanto al cuerpo negando la complementariedad y la distinción natural y biológica de los sexos; el ser hombre o mujer es cuestión de una "libre elección" y consecuentemente busca legitimar todas las relaciones sexuales, equiparándolas al matrimonio.

Los gobernantes aceptan esta intervención que viene de fuera por varias razones: por presiones, conveniencias políticas, dádivas, préstamos o amenazas de suspender préstamos y otras cosas. La fuerza arrolladora de esta ideología se basa en el poder y el dinero que manejan grupos poderosos: países desarrollados que esperan tener las riquezas de otros países para su propio provecho y reducen la población y desestabilizan al país para que esos recursos sean luego tomados por ellos; empresas transnacionales que lucran con anticonceptivos y abortivos con ganancias que compiten con las del narcotráfico; un pequeño grupo de once familias que posee más del 90% de la riqueza mundial y que quieren seguir manteniendo el control económico mundial por medio de la reducción de la población; control total de los medios de comunicación para influir en ese sentido en la opinión pública.

Todas estas fuerzas cuentan con suficientes recursos para financiar a personas en parlamentos y gobiernos de los países como México para que impulsen sus programas: promesas de promoción, apoyos extraordinarios en dinero o en especie para impulsar campañas en este sentido, sueldos jugosos, puestos nacionales e internacionales… ¡Ahora se entiende por qué es tan favorecida esta ideología! Unos por interés, otros por ignorancia, otros por manipulación mediática, otros por engaño.

Pero el pueblo de México cuenta con una gran fuerza cultural, moral y religiosa, con una gran juventud y con valores familiares que pueden detener esta avalancha irracional y suicida. La población no se está quedando con los brazos cruzados y han surgido iniciativas y organizaciones, pero que aún son insuficientes y que necesitan de la participación de todos.

Esta fuerza dio señales de su poder al no permitir aprobar la guardia nacional como estaba propuesta. Las asociaciones, grupos, movimientos y partidos se dejaron sentir a nivel nacional. En nuestro país, hay muchas personas en todos los niveles, incluso en el gobierno, favorables a la vida, que requieren el apoyo de todos para hacer sentir esta fuerza y que sepan que estamos dispuestos a defender al país de las amenazas a nuestra identidad, a nuestros valores y a nuestra vida misma. La inactividad, la pasividad y la omisión no son una opción.

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