Confía tanto en tu perro… cómo en tu sentido común.
Vive cada día igual que tu perro… feliz, pero alerta.
Mi perro me obedece… mi mujer me manda.
Un libro, un perro y un peso… forman un completo amigo.
Las personas pudieran verme con ojos de interés… mi perro sólo con ojos de cariño, o de hambre.
Mi mujer y mi perro se me fueron a un tiempo... mi mujer no la requiero, a mi perro es lo que siento.
Los perros abren los ojos a los quince días… los tontos nunca.
Disfruto tanto del futbol… como de mi perro.
A veces no sé qué es mejor y más placentero… ¿tener sexo o tener un perro?
Mi perro me ve y me quiere… verdaderamente como soy.
Sólo para pasear a mi perro o ir a comprar unas "chelas"… no me da flojera ni miedo salir a la calle.
Siento que mi perro siempre se comunica conmigo… y a veces pienso que algunas personas en lugar de comunicarse ladran.
Mi perro me ayuda a cruzar la calle… y me ayudará a cruzar el puente entre esta vida y lo que sigue.
El único amor que se puede comprar, que nos será fiel y leal… es cuando compramos un perro.
Filosofando mi abuela me dijo: ahora que estoy sola… el perro es el único que me mueve la cola.
Mi perro me busca… mis hijos me evitan.
Yo feliz… en mi mano izquierda mi perro y en la mano derecha el control de la tele.
El perro termina pareciéndose a su dueño.
Nunca abandones a tu perro… porque algún día te pueden abandonar a ti.
Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: SÓLO UNA MADRE AMA Y UN PERRO AGRADECE.
