Febrero es el mes más corto en días y el más largo quizás en dichos y refranes.
“Febrero loco, y marzo otro poco”.
“Febrero, mes del casero”.
“Enero y febrero, desviejadero”.
“Febrero, día malo y día bueno”.
“Febrero, hoy el hielo, mañana el fuego”.
“Febrero, siete capas y un sombrero”.
“28 días tiene febrero. Si más tuviera no quedara gato ni perro”.
“Febrerillo loco, que no tiene palabra ni juicio tampoco”.
Este febrero ha sido más febrero que otros. Quiero decir que sus veleidades y caprichos han sido más y mayores que los de otros años. Salimos por la mañana con chaqueta y bufanda, y una hora después nos estamos asando de calor. Al rato sopla un aire que congela y luego llega un vientecillo tibio.
¡Cuánta razón tiene el pueblo! No el de los políticos, sino el verdadero pueblo, el que hace las palabras e inventa los refranes.
Oigan éste:
“Febrero y las mujeres, mil pareceres”.
¡Hasta mañana!...