El Consejo Internacional de Museos (ICOM) abrió una convocatoria para participar en la creación de una nueva definición de museo, pues afirman que en las últimas décadas, los museos han transformado, ajustado y reinventado radicalmente sus principios, políticas y prácticas, hasta el punto de que la definición del Museo ICOM ya no parece reflejar los múltiples desafíos, visiones y responsabilidades.
Esta iniciativa, más que atinada me parece muy pertinente, pues proviene de años de reflexiones, análisis y estudios de públicos dentro de los museos. Hay que resaltar la importancia de los museos en la transformación social como pieza clave para crear vínculos con nuestro patrimonio, historia y realidad actual, por lo tanto este es un tema que no puede dejarse a la indiferencia o ser algo totalmente ajeno a nosotros.
El pasado 1 de febrero se inauguró la exposición “A la hora del té. Estampas sobre cuentos ingleses” en el Museo Arocena, una muestra que presenta una probadita de la Bienal Internacional del Cartel en México, que se presentará este año en el recinto y que tiene a Inglaterra como país invitado. Sin embargo, esta primera muestra introductoria que homenajea a este género literario de la mano de 36 ilustradores mexicanos, tuvo muy poca publicidad, pocos asistentes y una ausente inauguración formal con palabras de apertura, que para los que somos consumidores de exposiciones agradecemos al asistir, pues es una de las razones por las que vamos el día inaugural.
Pese a que la muestra es pequeña porque es un preámbulo de lo que vendrá más adelante, te logra transportar a la nostalgia de los cuentos clásicos de la infancia, por medio de propuestas cargadas de una variedad de estilos que dan muestra del talento de nuestro país. Encontramos desde un Frankenstein en una composición de abstraccionismo geométrico hasta un Harry Potter acompañado por vibraciones cromáticas y contrastes de color en movimiento.
Es una exhibición muy recomendable para visitar con niños, a pesar de que algunas de las ilustraciones se encuentran a una altura que dificulta la contemplación y que termina por desaprovechar la impecable colección que presenta, pero definitivamente es una exposición imperdible y para disfrutarla con los más pequeños.
En cuanto al espacio museográfico, en mi opinión le quedó corto al tema, quizás haber optado por un espacio más uniforme y cerrado en donde se pudiera plantear una propuesta museográfica que cobijara la magia del discurso y en el cual se pudiera crear una atmósfera al estilo Lewis Caroll, el creador de Alicia en el País de las Maravillas, en donde realmente hubiera un conejo blanco al que seguir, como lo insinúa el texto curatorial, hubiera sido más idóneo e impactante.
La gestión dentro de los museos siempre conlleva un problema de presupuesto, muchas veces el capital es tan reducido que se deben buscar soluciones de manera creativa para ofrecer mayor calidad en los proyectos. La creación de contenidos y difusión de actividades son de suma importancia en la gestión operativa de un museo y se necesita capital humano y económico para llevarlos a cabo. Plantear alternativas que lleven a los museos a generar recursos económicos para su continuidad, quizás es un buen punto a tomar en cuenta en la nueva definición de museo para el ICOM.
