Angustia. El actor, Rafael Perrín, es un as a la hora de infundir terror en un escenario teatral. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Tras varios años de visitar Torreón con La dama de negro, Perrín trajo la puesta en escena, Esquizofrenia, que llenó de horror a los laguneros y además les permitió conocer la historia del doctor Emile Tuck.
Perrín logró abarrotar las dos funciones que ofreció en el Teatro Isauro Martínez. Martín Rivas, de Gómez Palacio, contó a El Siglo de Torreón que supo del montaje por una amiga de él que lo vio en Ciudad de México.
"A principios de enero me enteré que venía esta obra. Me la recomendaron mucho y no alcancé boletos para las 9:00 de la noche, después abrieron función de las 7:00 de la tarde y para ésa sí alcance", relató el llegar al Isauro Martínez.
Puntual, como le gusta laborar a Perrín inició la primera función a las 19:00 horas.
El público estaba atento desde el inicio de la historia basada en un texto de Mauricio Pichardo.
Perrín se puso en los zapatos del psiquiatra inglés, Emile Tuck, quien decide internarse en un hospital de enfermos mentales.
Él reúne a un grupo de colegas para demostrarles que ha descubierto la cura para la esquizofrenia luego de haber pasado por dicha experiencia en el nosocomio.
De la mano de Rafael, los espectadores se dejaron llevar a través de un viaje de terror, angustia y desesperación. Conocieron a fondo los síntomas de la esquizofrenia.
El monólogo de 90 minutos de igual manera cautivó a la audiencia con sus efectos visuales y de audio.
Para poder ofrecer un trabajo de calidad, Rafael Perrín se internó en la vida real en un hospital psiquiátrico.
Sobre tal experiencia, la cual realizó Perrín con autorización de un médico, el actor confesó hace unos meses a la prensa nacional que por momentos se sintió invadido por el miedo al pensar que no podría salir del hospital nuevamente.
