En el libro Divas Rebeldes (Morató, 2015), la autora relata cómo Coco Chanel construyó un gran imperio de la moda, paralelo al resarcimiento de su desgastada autoestima y edificación de su férrea voluntad. No obstante, el impulso de su gran transformación fue el deseo de vengarse de una sociedad aristócrata prepotente, la que había osado verla por encima del hombro cuando ella apenas era una niña.
Coco Chanel dijo que la soledad formó su carácter, endureció su corazón e hizo resistente su cuerpo. Padeció el abandono de su padre junto a sus cuatro hermanos; más tarde, la muerte de su madre obligó a que ella y sus dos hermanas se criaran en un orfanato religioso. Contrario a lo esperado, la vida de Coco en ese lugar sería su inspiración para convertirse en la famosa diseñadora. En su infancia predominó la escasez de alimento para cuerpo y alma. La sobriedad y color de su uniforme de interna se convertiría años después en la mejor arma para castigar a las damas de sociedad, pues transformó el negro en símbolo de elegancia y buen gusto, cuando para ella había representado el color del abandono y la desesperanza.
Disfruté cómo la autora describe la vida de Gabrielle al presentarla como una mujer con una ambición poco común para su época, pues consiguió su independencia económica desde muy joven.
De manera inteligible la escritora relaciona la evolución de la diseñadora con sus experiencias amorosas. En 1910 abriría su primera tienda en París animada por Arthur Capel (Boy). Sus aventuras gozadas al aire libre orientaron creaciones de originales sombreros de paja que enloquecieron a las damas parisinas. Introdujo ropa ligera, cargada de sencillez, comodidad y practicidad, sin perder la elegancia. A Chanel se le atribuye el invento de la ropa sport. "Las mujeres venían a mi casa a comprar delgadez", comentaría en alguna ocasión. Su fue "siempre quitar, nunca añadir", lo que se concretó fielmente en el diseño de su famoso vestido negro: el petit robe noire, símbolo de originalidad y distinción.
De manera perspicaz la autora relata la manera en que el romance con un descendiente de la nobleza rusa, quien le regaló las perlas de los Romanov, detonó el interés de la modista por el diseño de joyería de fantasía. El amor ardiente por el duque de Westminster afloró su admiración por el estilo elegante y discreto de la moda inglesa. Fue en este tiempo cuando creó el famoso traje de chaqueta Chanel, el más copiado de la historia. Al cumplir los cuarenta años lanzó el perfume Chanel No. 5, el cual trajo consigo una ingente fortuna.
Coco sufrió tiempos de crisis. La Gran Depresión la orilló a vestir actrices de Hollywood; durante la 2ª. Guerra Mundial se alejó un tiempo de la moda por considerarlo un tema frívolo, sólo mantuvo las ventas de su perfume. En la posguerra emergieron otros diseñadores importantes, pero Coco, con 70 años, estaba dispuesta a recuperar su lugar en el mercado de la alta costura.
En 1957 ganó el Neimann Marcus Award y en 1958, Elle la proclamó "la mujer más escuchada por las mujeres".
Hasta el día de su muerte en 1971, a sus 87 años, Mademoiselle Chanel se mantuvo orgullosa y rebelde, pues ni la muerte lograría humillarla.
