Desde hace unos años se han realizado estudios en torno al bienestar, con las interrogantes de ¿Qué es lo que nos hace sentir bien? ¿Qué es precisamente el bienestar? Y las formas en las cuales se manifiesta. En primer lugar, el bienestar -en términos generales- se entiende como la aceptación y el agrado referente a lo que se es, se hace y se percibe. Según distintos autores varía el término y se es más específico, en algunos casos hasta lo denominan de forma distinta en función de crear constructos más complejos que contengan otros conceptos o características para explicarlo mejor.
Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el término de salud general como el estado de bienestar físico, mental y social, no es únicamente la ausencia de enfermedades. De este modo es posible darse cuenta que el bienestar es una concepción compleja que involucra diferentes ámbitos y que también esta relacionada con la felicidad y la autorrealización personal, pero que no se queda únicamente en ellas.
Es ahí donde entra en cuestión la creatividad, autores como la Dra. Merino, de la Universidad Complutense de Madrid, emplean el término Funcionamiento Psicológico Positivo, para referirse al estado de bienestar y dentro de sus estudios han encontrado que la creatividad es una característica típica dentro del funcionamiento positivo, en otras palabras, las personas creativas tienden a sentirse satisfechas con la percepción de si mismos y de su entorno.
Si contrastamos esta información con un enfoque psicoanalítico, no está tan alejado del lo que ellos entienden por sublimación, el transformar distintos estímulos en productos social y personalmente aceptados, entre ellos se encuentra el arte. Pero al retomar un enfoque biográfico es posible darse cuenta que tanto artistas como científicos de gran renombre no representan la viva imagen de lo que entendemos por bienestar; esto tiene dos puntos vertientes interesantes, la primera implica que, aunque todas las personas presentan situaciones problemáticas o difíciles en la vida hay quienes toman de ello para nutrir su obra y la carga emocional que eso conlleva es tan fuerte que les ayuda a crear las piezas más significativos de su producción. Lo segundo tiene que ver mas con la metodología, al estudiar sólo a ciertas personas como lo es con las biografías no es posible hacer generalizaciones porque la narrativa está ligada al tiempo y características únicas de lo que la persona vivió.
Sin embargo, en la vida cotidiana y en el grueso de la población la creatividad abona al bienestar de una forma sutil, pero tangible, en la resolución de problemáticas del día a día esta presente. Primordialmente porque nos encontramos abiertos a la experiencia y los estímulos que son combinados de distintas maneras y nos permiten tener soluciones creativas dentro de nuestro entorno, esto también es llamado pensamiento divergente o lateral.
La pregunta sigue siendo ¿Cómo es que esto me ayuda a sentirme bien conmigo y con mi entorno? La respuesta se encuentra precisamente en esta flexibilidad que nos permite adaptarnos al cambio mediante la apertura a la experiencia. Al no ser rígidos con los que ocurre tanto en el exterior como en nuestra vida interna, nos es posible ser tolerantes y respetuosos con nosotros mismos y con los demás, lo que se traduce a un estar bien donde estamos y no nos gusta o nos incomoda, tener la capacidad de cambiar aquello que nos limita a desarrollarnos y buscar algo distinto.
