Trabajo. Particulares han montado negocios con vehículos sanitarios para atender a ciudadanos. (ESPECIAL)
La noche va tranquila para los Ochoa. Estacionados en una esquina comen tacos o juegan a la pelota.
Pero todo cambia con un aviso de accidente. Entonces encienden la sirena y salen disparados con tres metas: ser la primera ambulancia en llegar, salvar al paciente y que este tenga dinero para pagarles.
El día a día de una familia de Ciudad de México que se gana la vida con una ambulancia privada es el corazón de Midnight Family, un documental presentado en Sundance y que arroja una dura mirada al sistema de salud de la capital mexicana pero también un tierno y humorístico retrato de unas personas tan singulares como los Ochoa.
"Los conocí en una esquina aparcados al lado del apartamento donde me estaba quedando", explicó el estadounidense Luke Lorentzen, realizador del documental.
"Estaba intrigado y les pregunté si podía pasar con ellos una noche para ver cómo era su trabajo. Y me alucinó este submundo de las ambulancias", añadió.
Ante la escasez de ambulancias públicas en Ciudad de México, una de las urbes más extensas y pobladas de todo el planeta, diferentes particulares han montado negocios privados con vehículos sanitarios para atender a los ciudadanos.
Entre ellos están los Ochoa, una familia que, desde el pequeño Josué al padre, Fernando, pasa la noche en vela a la espera de una emergencia que les dé trabajo. "Lo que más me gusta del cine es llevar a la gente a lugares que de otra manera nunca irían", apuntó Lorentzen, un veinteañero de Connecticut que visitó a un amigo mexicano con la intención de hacer un documental.
"Fui con una idea, que me tuvo explorando la ciudad y hablando con decenas de personas, pero en el momento en el que conocí a los Ochoa tiré esa idea por la ventana", afirmó.