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El transporte, otra vez

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NUESTRO CONCEPTO

Uno de los servicios públicos más rezagados en La Laguna es el transporte colectivo. Aunque en los últimos 20 años ha habido esfuerzos estatales y municipales por modernizar el servicio, han resultado insuficientes debido a la resistencia de un buen número de concesionarios y a la ineficiencia de las autoridades a la hora de impulsar y supervisar los cambios y proyectos necesarios. Pese a lo anterior, ha habido aumentos en la tarifa en ambos lados de río Nazas.

El año pasado subió la tarifa del transporte en La Laguna de Durango bajo el argumento del incremento inflacionario y el alza en el precio de los combustibles. En estos días se discute el incremento en Torreón, el cual apunta a aprobarse en Cabildo con la consecuente repercusión en el transporte suburbano, el cual no se quedará atrás en el ajuste tarifario.

Al aceptar y justificar los aumentos, las autoridades han avalado los argumentos de los concesionarios, quienes tal vez tengan razón de solicitar el cambio dados los datos ofrecidos. El problema es que los ajustes se dan sin que haya un compromiso por parte de los oferentes del servicio público para mejorar las unidades y el trato a los usuarios, quienes, por lo visto, están solos en la defensa de sus intereses con todo y que son la pieza central de la cadena, pues son quienes pagan.

La discusión sobre el aumento en la tarifa se da también a semanas de que inicien las pláticas para establecer el modelo de negocio del Metrobús, sistema unificado de transporte metropolitano que se desarrolla con graves desfases y muchos problemas, en el cual también habrá que fijar una tarifa. Da la impresión de que los concesionarios tienen prisa de subir el costo del pasaje para tener un piso más alto a la hora de comenzar las negociaciones de lo que viene.

Si las autoridades municipales o estatales estuvieran interesadas en equilibrar los derechos de los usuarios y transportistas deberían rechazar el incremento tarifario hasta que exista un compromiso real y medible por parte de los concesionarios para mejorar el servicio que ofrecen a la ciudadanía. De lo contrario, a la vuelta de los años veremos cómo se sigue golpeando el bolsillo de los usuarios sin que tengan un transporte limpio, cómodo y eficiente. Porque, deben saberlo las autoridades, si la inflación y los aumentos en insumos afectan a los concesionarios, también lo hacen a los ciudadanos, quienes por lo visto siempre son los que terminan por pagar los platos rotos.

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