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Voz y voto para los intereses ocultos

DAVID PÉREZ

Mientras Donald Trump gasta esfuerzos en dirigir la atención lo más lejos posible de la investigación en su contra por su posible relación ilegal con Rusia, en la península ibérica se da a conocer que el partido VOX (voz, en latín) fue financiado por iraníes disidentes. Tales procesos suscitan preguntas por los intereses que hay detrás de los discursos intolerantes que crecen en distintas latitudes.

VOX es un partido de extrema derecha que nació como tal en 2013; sin embargo, es en buena medida expresión del descontento de los últimos años de algunos miembros del Partido Popular (PP). Las primeras elecciones a las que se presentó fue para la formación del Parlamento Europeo en mayo del 2014 obteniendo 1,57 por ciento de los votos. Actualmente, en cuatro ayuntamientos gobiernan con mayoría absoluta, tres municipios en Castilla y León y uno más en Badajoz.

A finales del año pasado obtuvo su primer resultado significativo. En las elecciones para el Parlamento de Andalucía alcanzó el 10,97 por ciento, lo que significa una representación de 12 escaños. De esta manera, se convirtió en un aliado necesario para la coalición de gobierno; PP y Ciudadanos pactaron con VOX para superar los 55 escaños necesarios para hacer mayoría en el congreso andaluz.

El partido VOX sostiene en su ideario el cierre de mezquitas, la recuperación del control de las fronteras, la expulsión de imanes, así como se opone a la entrada de Turquía a la UE. Defiende, además, el control de la inmigración, argumentando que ésta debería permitirse en función de las necesidades de la economía nacional, y según parámetros que establezcan la capacidad de los que llegan para integrarse y aceptar los valores que el partido reivindica, entre otras cosas. Lo que hasta ahora no ha aclarado es si las donaciones por 800 mil euros que recibió del extranjero están en armonía con su programa político.

Alejo Vidal-Quadras, el candidato que vio beneficiada su campaña por dichos donativos, reconoció que el dinero llegó procedente de simpatizantes del Consejo Nacional de Resistencia Iraní (CNRI). Al mismo tiempo, afirma que el actual presidente de VOX, el vasco Santiago Abascal, sabía de la procedencia de los donativos. Con los cual, los políticos que abandonaron del PP por señalar que el partido tenía faltas de transparencia, entre otras cosas, habrían incurrido en los mismo.

El escándalo más reciente en el escenario político partidista español es en el fondo una muestra más de que en cada elección local se juegan intereses globales. Cuidar de un proceso electoral pasa mucho más allá de la vigilancia del proceso interno. Es, también, un desafío para el análisis de las campañas, cuando una campaña apunta a un tema, es necesario preguntarse: ¿a quién beneficia en el extranjero?, ¿qué capitales están en juego?, ¿qué posibles intereses se benefician al quedar en segundo plano de la discusión pública?

Twitter: @davidsecular

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Escrito en: David Pérez

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