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ARTÍCULOS PUBLICADOS EN LA REVISTA CULTURAL EL PUENTE NO. 1. DE FECHA NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE 1990ARTÍCULOS PUBLICADOS EN LA REVISTA CULTURAL EL PUENTE NO. 1. DE FECHA NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE 1990

"El número 12 de los artículos publicados en El Puente No. 1 de fecha noviembre y diciembre de 1990, escrito por D. Alfonso Porfirio Hernández, Pedro Valdez y Mario Enrique Vázquez, titulado: "EL AGUA EN LA LAGUNA", dice en parte:

"El 9 de agosto de 1990 se celebró la mesa de informantes 'El Agua', con la participación del Ingeniero Alfonso Porfirio Hernández, quien se ha dedicado al cultivo del algodonero y a la crianza de ganado caprino, laboró muchos años en el Centro Nacional de Productividad dentro del departamento agrícola y es autor de varios libros relacionados con el campo; Mario Enrique Vázquez, que trabajó cuarenta años en la banca oficial y privada y que es autor de un proyecto sobre el uso del agua 'Plan MEVA' en el campo; Pedro Valdés, propietario de una empresa perforadora de pozos y fabricante de bombas de agua, y el Licenciado Avelino Hernández Corichi, Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, coordinador de varios proyectos de investigación relacionados con el agua, en la propia universidad".

"El moderador fue el Licenciado Fernando Martínez Sánchez, Director de la Casa de la Cultura de Torreón".

"Alfonso Porfirio Hernández: El agua es la base de la agricultura. La Comarca Lagunera nació como zona agrícola en 1849, cuando dos grandes visionarios compraron estas tierras. Jiménez construyó la presa de las calabazas en 1849; tuvo ciertas dificultades con Zuluoaga y se separaron. En 1850, Zuluoaga instala la Presa del Carrizal allí donde está ahora el nuevo puente del Río Nazas. En 1943, todavía quedaban vestigios de esa presa. En esa forma, nace el primer rancho que fue San Antonio de los Milagros, hoy Coyote. Después, siguieron desarrollándose, peleando por el agua".

"Saltemos en el tiempo a los años 20 de este siglo cuando se empiezan a perforar pozos, que eran de diez metros de profundidad como máximo. Se bombean con motorcitos. Todavía en los 40', se bombeaban con los famosos periquitos, que eran motores de tractor John Deere, de 35 caballos nominales. Los antiguos pobladores nos platicaban que cuando tenían sed, los pizcadores rascaban en medio metro en los tajos y sacaban agua. El agua estaba sobre el suelo y por eso había en los tajos gran cantidad de alamedas. Por donde quiera que camináramos había alamedas. Vestigios sólo nos quedan aquí en la carretera de Francisco I. Madero; uno que otro álamo de aquel tiempo".

"Murieron los álamos porque el agua fue bajando poco a poco. En 1936, cuando se verificó el reparto, había 700 norias que se distribuyeron entre la pequeña propiedad y el ejido. El reparto se hizo de tierra y agua, pero el General Cárdenas, tratando de beneficiar al ejido, le quitó el agua a la pequeña propiedad. Tuvieron que empezar a perforar pozos y se fueron adueñando del agua del subsuelo. En marzo de 1949, sale el Decreto de Veda porque se estaba perforando mucho. Para entonces, los geólogos ya sabían que si seguía ese proceso se iba acabar el agua. Vino la veda, pero la veda y la carabina de Ambrosio fueron lo mismo: se siguió perforando. En 1951, la Suprema Corte de la Nación dio el fallo a favor de la pequeña propiedad".

"En 1951, no había agua en la presa y la pequeña propiedad se entrevistó con el Presidente de la República, recién electo, Ruiz Cortines. Le dijeron: 'Señor Presidente, queremos colaborar con usted. Por este año le cedemos el agua al ejido, pero el agua es nuestra'. Al año siguiente, sucedió lo mismo; pero en el 53', el agua del río fue dividida entre la pequeña propiedad y el ejido...".

"...Pedro Valdés: yo calculo que el nivel de bombeo ha bajado tres meses por año. Algunos años no ha bajado, por fortuna. En el 58, 59 y 60' que llovió mucho, los niveles se mantuvieron; aun subieron un poco. Pero, aparte de que llovió, esto se debió a que fueron años muy malos para la agricultura; muchos rancheros quebraron y no trabajaron y se bombeó menos. Luego, el nivel del bombeo empezó a bajar otra vez. En el 68', cuando las inundaciones, volvió a subir un poco el nivel, y luego bajó de nuevo. Yo calculo que, en los últimos cincuenta años, el promedio de abatimiento es de tres metros por año...".

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