Tristeza
Es posible que un afán universal que tenemos sea la búsqueda de la felicidad que parece que con frecuencia nos elude, puede ser que deberíamos buscar la tranquilidad y la paz, esto es estar en paz con Dios y con nuestros semejantes y así lograr tener algo de esta elusiva felicidad.
Son pocos los momentos y los motivos que nos proporcionan alegrías y por eso buscamos perpetuarlos muchas veces sin conseguirlo.
Para los católicos y de acuerdo a nuestra historia sagrada, nuestros primeros padres Adán y Eva, eran y vivían felices en el paraíso terrenal y solo tenían para llevar esta existencia tranquila y alegre que cumplir con la prohibición de no comer de la fruta del árbol del bien y del mal, que al final de cuentas resultó para nuestro mal al caer en la tentación de probar la fruta prohibida, desde entonces, por este pecado original, estamos condenados a ganar el pan con el sudor de nuestra frente, esto es con esfuerzo
y por eso dice la Salve que estamos en “este valle de lagrimas gimiendo y llorando” y pedimos por intersección de la Santísima Virgen que vuelva a nosotros esos sus ojos misericordiosos, y decimos “oh clemente, oh piadosa, ruega por nosotros para ser dignos de alcanzar las gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo”.
Es menester para buscar nuestra felicidad que procuremos nuestra salvación eterna, ya que de esto depende que seamos felices o desgraciados por una eternidad, es mucho lo que esta en juego, pero seguro que al ofrecer nuestros sufrimientos obtengamos méritos para una salvación y felicidad eternos, roguemos que así sea
Raymundo Portilla Fernández
Torreón, Coahuila.
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Mujer...
La MUJER, así con mayúsculas, ser divino, como lo dijo Agustín Lara con mucha razón en su canción precisamente llamada así, Mujer, un precioso poema musicalizado, el genial compositor fue un enamorado perdido de las mujeres, casi todas sus obras, letras y música tuvieron a una mujer como su inspiración. Y es que en su naturaleza la mujer lleva todas las virtudes, hay que decirlo, para ser madre es indispensable llevarlas: bondad, generosidad, dulzura y súmele desde luego belleza, porque eso sí todas de todas las mujeres son bellas, y ¡ay de aquel que se atreva a decir lo contrario!, que le pregunte a su mamá.
Además a través de mis muchos años de trabajar con mujeres, les aseguro que para el trabajo son mejores, en igualdad de facultades y preparación, las mujeres superan por mucho a los hombres, son más responsables, más trabajadoras, más cumplidas y más honradas, y lo más injusto ¡Se les paga menos!.
¿Ya vieron a las jovencitas jugando fútbol profesional ?, dentro de muy poco tiempo nos van a dar un campeonato mundial. Yo les aseguro una cosa: si a nuestro país lo hubieran gobernado las mujeres, estaríamos mil veces mejor ¡Que vivan las Mujeres! He dicho.
Roberto Barranco Aguilar
Torreón, Coahuila
